No se podían pisar las lineas del suelo, mientras caminaba me entretenía pensando en que no se podía pisar las lineas del suelo, y quien así lo hiciera sufriría consecuencias terribles, mas graves que la muerte misma, me había porque mirar al frente, no importaba hacia que lugar caminábamos ni de donde veníamos, importaba caminar, caminar sin pisar las lineas que hubiera en el suelo, pues en el suelo existen todo tipo de lineas, hay grietas en el pavimento y el cemento entre una baldosa y otra, alcantarillas, lineas amarillas y blancas, que en realidad son señales de transito, ladrillos, los cuales exigían un dominio mayor del equilibrio, porque los ladrillos son pequeños y se debe uno parar en puntas para no tocar las lineas que dejan los ladrillos en el suelo, como esas había millones de lineas que debía desafiar cada vez que caminaba, lineas hambrientas que esperaban devorarme cuando errara el siguiente paso, lineas que todavía me carcomen por dentro, lineas eternas, infinitas, lineas del suelo ¿quien no jugaba con las lineas del suelo cuando era chico?
Mientras caminaba, además de no pisar las lineas del suelo, hacia que las demás personas las pisaran, para que sufrieran las horribles consecuencias de haber perdido el juego, de haber pisado la linea, por pisar una que otra linea no pasa nada, pero hay personas que pisan demasiadas lineas, cien o doscientas en solo un recorrido, para esas personas si hay varios problemas, el primero se da cuando les asalta la duda alguna noche de insomnio, les asalta la duda sobre si habrán pisado demasiadas lineas en su vida, puede que a algunos nunca les llegue a asaltar la duda, pero a los que si les asalta se les convierte en el peor tormento jamas vivido, les asalta la duda una noche, ellos creen que es simplemente un pensamiento extraño, que ya se olvidara, pero unas semanas después vuelven a pensar en eso, y se preguntan: ¿tendrá algo de malo pisar demasiadas lineas mientras se camina? Después piensan en eso cada noche, luego en las mañanas, al mediodía, hasta que no pueden hacer otra cosa que pensar en las lineas que pisan mientras caminan, entonces valerosos deciden encarar el problema, caminan decididos y van de esquina a esquina esquivando las lineas del suelo, pero se hallan la sorpresa de que las escaleras que suben a su oficina están plagadas de diminutos ladrillos que tienen miles de pequeñas lineas intocables pero imposibles de no tocar.
Entonces los hombrecitos suben las escaleras tocando lineas con desenfreno mientras la culpa inevitable les quema las tripas o renuncian a su trabajo y consiguen un trabajo donde no se tengan que pisar tantas lineas para llegar a la oficina.
Pero el tormento para aquellos que decidieron con gallardía seguir pisando lineas desaforadamente sin pensar en las consecuencias es aun mayor, esta gente seguirá pisando lineas por varios meses y la duda seguirá presente de vez en cuando durante una que otra noche o quizá la siesta del mediodía, pero poco a poco desaparecerá, y el hombre que pisa lineas se ira olvidando poco a poco de que las pisa, y las pisara por años enteros sin notarlo, pisar lineas se volverá tan cotidiano, que el hombre nunca mas agachara la cabeza para esquivar la división entre un bloque de concreto y el vértice del anden, el hombre olvidara los secretos de las calles de la ciudad, progresivamente se ira olvidando también de caminar, se transformara en un ente mecánico que camina y sube escaleras sin pensar en nada, con la mente en blanco, como una maquina que no pretende mas que su objetivo, el de caminar hacia adelante, subir escaleras y trabajar en el escritorio, ir al baño, almorzar, regresar al escritorio, al apartamento, comer un sandwich, dormir y despertar, despertar para caminar hacia adelante y subir escaleras.
La maquina que no piensa, dejara de ser consiente no solo de no pisar las lineas de los andenes, sino de los andenes mismos, sus pasos serán simples repeticiones de pasos que dio antes, nunca volverá a sentir que se siente caminar, dejara de sentir, de pensar, el hombre que pisa demasiadas lineas en el suelo tendrá su fin inexpugnable en la inexistencia, no existirá mas.
Es por eso que yo preferiría morir antes que pisar las lineas del suelo.
Así me divertía yo, saltando las alcantarillas y desafiando las grietas de las calles, empujando a los demás a la linea del anden, la linea que sumada a muchas otras lineas que pisen mientras caminen, les resultaran en el perdida final de su destino, en dejar de vivir pero sin morir aun, como un purgatorio en alquiler, mientras mueres y vas al verdadero purgatorio, quedate en este, sin vida y pisando lineas con descontrol. Aferrándote a una falsa vida que dejo de darte vida hace mucho tiempo.
En ocasiones, cuando no puedo dormir, me quedo pensando en la oscuridad de mi habitación, y me pregunto que sera de esa gente sin vida, y me doy cuenta también, de que hace muchos días que no me fijo bien cuantas lineas piso al caminar, me asalta una duda terrible que no me deja mantener el sueño toda la noche, me quedo preguntándome en silencio que tan vivo estaré, en ocasiones no recuerdo siquiera que no se podían pisar las lineas del suelo.