miércoles, marzo 14, 2012

ceguera sobre el ensayo

no tiene tiempo, no tiene tiempo, no tiene tiempo.
volvemos mas completos de la guerra, mejor formados.
la guerra nos enseña a respetar.
la guerra nos enseña a quien respetar.
la guerra natural.
bestias salvajes que saltan unos contra otros enterrando como lobos sus colmillos en los cuellos.
los desacuerdos.
las penitencias y los impulsos.
la contención.
la energía reprimida que genera esa contención.
que se trepa al pecho.
a la garganta.
hasta que puedes olerla en las paredes de tu boca.
apestas.
humano.
¿y como me juzgo?
¿ también humano?
¡criatura olorosa y comprimida!
le quedan dos minutos de tiempo.
gracias.
tengo que salir de aquí.
llegar a San Fernando.
y ver al rojo.

cegur

no tiene tiempo, no tiene tiempo, no tiene tiempo.
volvemos mas completos de la guerra, mejor formados.
la guerra nos enseña a respetar.
la guerra nos enseña a quien respetar.
la guerra natural.
bestias salvajes que saltan unos contra otros enterrando como lobos sus colmillos en los cuellos.
los desacuerdos.
las penitencias y los impulsos.
la contención.
la energía reprimida que genera esa contención.
que se trepa al pecho.
a la garganta.
hasta que puedes olerla en las paredes de tu boca.
apestas.
humano.
¿y como me juzgo?
¿ también humano?
¡criatura olorosa y comprimida!
le quedan dos minutos de tiempo.
gracias.
tengo que salir de aquí.
llegar a San Fernando.
y ver al rojo.

martes, marzo 13, 2012

Cosas se complican en mis adentros, algo en mi escupe, no escribo, me transformo, sufro la decadencia caminando a una metamorfosis, la puedo escuchar, cuando la gente susurra, tan lejos, pero sus secretos son gritos ensordecidos, como los míos, y yo que siempre caigo en la misma trampa, que no puedo ir más allá, que siempre los termino juzgando a todos, y luego a mi mismo, es decir, que más puede hacer alguien que escribe más que juzgarse y jugar a transformar el juicio. Escribimos la sentencia de lo que hacemos, yo vivo entre la basura, entre la asquerosidad y la cochinada, entre el desorden, el alcohol y las comedias de Jean Baptiste Poquelin en la cabecera de mi cama, creí que iba a morir ahogado en sudor y semen pero llego a casa y es un lecho de cristal, hasta el piso brilla. En mi bolsillo no cabe la comida, el dinero no se guarda en el bolsillo, la policía podría encontrarlo, prefiero comerme mi dinero que darlo a la policía. Lo hice, hace cuatro días empezó a sonar mi estómago, algo se complica, suena mi panza y no cago, no siento ganas, ni como ni cago, solo escupo, escupo y escribo, ¿no les había dicho esto antes?, a mi no me importa la gente, no soy un hipócrita, pretendo saber que estoy siendo demasiado hipócrita cuando digo que no lo soy, algo como yo soy el más humilde de todos, pero esa hipocresía, la que puedes percibir y recrear, no es la hipocresía violenta, la que mata, la hipocresía de Moliere, el mejor amigo del príncipe Luis, su amante. El policía me requisa, me dice que como arreglamos, que no es necesario tener dinero, y me toca el culo... No confío en absoluto en mi mensaje, sentí miedo y asco esa noche, no fuí requisado, nadie me tocó, exageré, pero la mirada de ese cabrón y su insinuación sexual (porque si lo fue, no doubts) me asustó y me asqueó, y siento que por exagerar no logré transmitir esa sensación, incluso siento que esta introretrospección no es más que mi ego que se trepa en lo que escupo, más peligoros que el ego, es la estúpida noción de que el ego esta en todo y que nada es puro. Es decir, no somos niños, no hay porque dar cabida a falsas esperanzas y sueños envejecidos, aún peor, no soy un niño, y lo más cercano que tengo a un padre, a un amigo, a un confidente, a un amante... no es un policía, no es Moliere, no es un hombre, es la única mujer de verdad que conozco.

jueves, marzo 01, 2012

Desorigen de la Familia

No contesto las llamadas de mi padre, a lo mejor, en algún recondito lugar de mi cuerpo aún tengo miedo de que me grite, de que me pegue, o de que se vaya.
La violencia no se debe contener, porque ahoga.
La violencia como el sexo son placenteras necesidades, reprimir su desfogue es degenerar el cuerpo.
No se debe limitar el sexo.
A ser una palabra.
Ni la violencia tampoco.
A ser otra.
Y por ello, tener límites, fronteras que mutilan la extensión de nuestros gritos.
No quiero contarle a mi familia mis problemas.
No ha servido de nada contárselos.
Solo ha traído dinero.
Y más problemas.
Y después, nada de dinero.
Pero si problemas.
La música llena la ausencia de papá en mi.
papá canta following the rivers y toca la guitarra.
pero papá no lo hace realmente.
Ni toca la guitarra.
Ni vive conmigo.
La música de los Beatles, le costó su padre a Julian.
but dont make it bad, take a sad song...
Tengo que aprender a ser como mamá, una mujer de verdad.
Que no le tiemblan la voz ni las ganas.
Que le da la comida a Violeta todos los días.
Tengo que aprender a ser mamá.
mi propia mamá.
Mamá tambien me cerró las puertas.
Por miedo del sexo.
el olor a sudor y a hierba.
Solo cuando sea una mujer capaz de amamantar, podre llorar de verdad.
Estas lágrimas de ahora son mentira.
No las cree ni papá.