lunes, agosto 27, 2012

lunes, agosto 20, 2012

final del día

no sé de límites
noche de extremos
del vulnerabilidad
de caída
noche inmortal
incansable
inagotable
noche, noche blanca
cada cual aspira su codicia
noche preciada
noche de tiempo acelerado
de tensión
noche
que será la útlima

martes, agosto 07, 2012

    Joe, macht die Musik von damals nacht...
No te escucho.

¿para que tanta vida si no te puedo escuchar?
¿cómo arriesgarte? 

envenenarte
llenarte de infierno para que nunca te puedas volver a mover.
envenenarte dulce niña


Expuesta a todas las perdiciones, ella
canta junto a una niña extraviada que es ella:
su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la
niebla verde en los labios y del frío gris en los
ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre
la sed y la mano que busca el vaso. 

Ella canta.


¿que te pasa Santiago?
estas algo inquieto y lleno de muerte
putrefacto
te persiguen Santiago
perciben tu hedor descompuesto
tu cara Santiago
ocúltala
ignórala
déjala sola
que se persigue
para besarse
y que sea el último beso
el que menos cosas te haga sentir

prostitúyete Santiago
o al menos finge que los estas haciendo

lo tuyo ni siquiera es incapacidad
es algo peor
eres sordo a los silencios



tu canto no me ayuda.
cada vez más tenazas,
más miedos,
más sombras negras.


tengo miedo Alejandra
no puedo negártelo
para qué seguir negándotelo
si cada vez mi cuerpo es menos mi cuerpo y más una masa inerte
que huelen los cuervos porque huele a muerto
no quiero devolverme Alejandra
a dormir tranquilo
quiero que se me vaya la médula espinal
en protegerte
de mi mismo





Yo no sé de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.

Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado.

de tu cuerpo me alimentaré cuando no sientas
cuando lo hayas olvidado
creo que estoy enamorada de la violencia

nunca voy a ser una mujer que espera

miércoles, agosto 01, 2012

arpegio en Mi menor

Entre excrementos yace el libro, sufre, como la historia que cuenta en silencio, habla del miedo a cantar, a la carne.
Untase de suciedad infecciosa todo aquel que ose leerlo , cegado será por la luz iracunda de sus palabras.
el libro susurra de la vergüenza.
los hombres lo han arrojado al mundo.
un libro también es sordera, los libros no escuchan, solo gritan.
los hombres se arrepienten.
excretan libros, vergüenza, hombres.