Un hombre escribe en algún lugar, es todo, no se debe dar a nada la importancia que no merece.
Algo escribe el hombre del lugar, nada del lugar en el que escribe.
Los lugares y los hombres que los juntan.
Mediando entre los espacios.
La vida de ese hombre que escribe no importa, sus heridas quieren sanar o infectarse calladas.
En algún lugar del tiempo flotan las metáforas, infinitas, cada una más infinita aún que la anterior.
Las despiden por la piel los cuerpos de los bailarines de Pina Bausch.
Flotan, vulneran el hecho, que la ciencia considera ley espacial respecto a la atracción gravitatoria y la serie de teorías propuestas respecto al peso...
she´s like a rainbow... deshacerme de este cuerpo adoctrinado, insípido, cerrado. atarlo a un poste en medio de la calle, de la lluvia y que enferme. y que pierda el miedo de tanto probarlo.
viernes, abril 12, 2013
jueves, abril 11, 2013
porque se guarde la pureza del recuerdo de mi madre escribo
Mamá yo no podría verla a los ojos si no tuviera
algunas certezas, mamá de algo tuvo que convencerme este inconstante paso del
tiempo, mamá si no creyera en lo que hago no le estaría escribiendo, ni
siquiera cabría la posibilidad de que se le mostrara esto, porque no existiría,
esto, mamá el texto, lo que le quiero decir, esto no existiría, ni este
atrevimiento mío a irrumpir en su vida, usted yacía esta noche como tantas otras
tranquila en su cama mamá, o cuán tranquila pudiese estar teniendo que dormir
una vez más en su cama, una nueva noche que ya tiene más de vieja que de nueva
y joven, la noche no está naciendo mamá, no se preocupe, no tenemos que
decirnos mentiras, mamá yo no me tomaría el trabajo de molestarla, de
intervenir en su sagrado descanso, si no fuera porque en la casa no existe otro
baño, mamá yo quisiera dejarla dormir en paz, créame que no hay nada que yo
desee tanto como eso, que sumerce tenga descanso, porque la admiro, guardadas
las proporciones, mamá yo no quiero repetir su vida, y tampoco quiero ser lo
que usted piensa que es una buena persona, que pena que la desanime mamá,
perdóneme, pero tenemos que empezar a sernos más sinceros, eso nos va a
permitir hablar de cosas que nunca se hablan mamá. Si no me involucro no vale,
a este punto tengo que advertírselo, apuesto con mi cuerpo, juego en medio de
un encarnizado azar con cada uno de mis miembros, no me prostituyo mamá, eso
creo, por lo menos estoy un paso más cerca a convencerme de que no lo hago,
cada segundo menos de indecisión que se le pueda robar al reloj es aprovechable,
le decía mamá, que para mí escribir es una acción,
que es más que una herramienta del lenguaje que utilizamos para comunicarnos, que entregar a otra persona una serie
de símbolos aparentemente inconexos para que lea implica un proceso de desprenderse
uno para mostrarse desnudo, hace rato que usted no ve mi cuerpo desnudo mamá,
ni yo el suyo, cualquiera diría que hemos perdido la confianza mamá, mamá a mí
no me gusta dejar a medio explorar lo que me propongo, yo llevo hasta el fondo
las cosas que me cuestionan, en las que indago, lo que escribo es vivo en
cuanto me transforma y me sorprende, escribiéndole esto mamá y previendo el
momento en que se lo entregue, estas letras incoherentes y los impulsos del
cuerpo que ellas anidan, no voy a leerle esto mamá, usted aprendió a hacerlo sola y así
tiene que hacerlo, leer también sola esta confesión, por lo menos, aprendió a
hacerlo sin mí, a leer mamá, el amor ninguno de los dos lo sabemos hacer bien
todavía mamá, nunca terminamos de conocernos, de aprender secretos del otro ¿se
da cuenta? Aún nos constituimos como personas, estamos en proceso de
construcción mamá, o de destrucción, depende de cómo lo quiera ver, en todo caso
o en toda casa, sólo se trata de perspectivas y hoy me place que juguemos a eso
mamá, a romper perspectivas, creencias, identidades, hoy vamos a jugar a pasar
la raya mamá, a lo que podría ser que de pronto degenera en represiones mamá,
uno nunca sabe, es mejor no guardarse las intrigas, los pensamientos es mejor
compartirlos, como la comida, vamos a suponer mamá que nos deseamos,
eróticamente, que contenemos fuerzas de atracción sexual que no podemos ignorar,
mamá ya sobra decirle que no se me aterre, no es tan grave mamá, los griegos ya
hicieron tragedias con eso, de todos modos su cuerpo fue el primero que yo
sentí antes de que empezará a sentir el mío dentro del suyo que no sabía cuál
de los sentía en esta piel que no fue tan mía ni tan suya como tan nuestra
mamá. Usted fue mi primer contacto sexual, usted fue mi primer acercamiento al
placer, su tibia leche mamá, su seno, yo succioné vida de usted y eso no se
olvida tanto como comúnmente se cree. Mi cuerpo no se acaba en mí, usted eso ya
lo sabe mamá, nuestros cuerpos lo aprendieron juntos, no necesitaron
preguntarnos nada, prescindieron de nuestra autorización mamá, a veces eso es
necesario, hacer cosas por la propia voluntad, créame que sería agradable pasar
más tiempo juntos y conocernos más mamá, en verdad, yo no quiero incomodarla,
ni gastándole su mercado, ni teniendo que entrar a orinar en su baño a altas
horas de la noche, y mucho menos, despertándola en mitad del sueño para
hablarle de libros y griegos y orgías, mamá ya usted se habrá percatado de que
soy un tanto desordenado con mis ideas, con mis espacios, con mis drogas, usted
ya se ha dado cuenta de que no sé distinguir bien los límites, y por eso espero que
me entienda, o mejor, espero que no me entienda y que con eso se sienta bien,
sólo eso aspiro mamá, que por lo menos nos sintamos bien juntos, que por lo
menos no tengamos que padecer, aunque siéndome sincero usted no desearía a un
joven como yo mamá, en el hipotético caso que usted gustara de seducir
muchachitos, quizás mamá usted desearía a un joven que fuera la imagen del
ideal retenido de hijo que usted hubiese querido tener, usted desearía a un
joven independiente mamá, a un hombre con carácter y criterio para hacer cada
una de las cosas que hace, usted dejaría, quizás mamá, que la sedujera un
hombre joven con fuerza en las palabras y la voz, con convicción y voluntad
para sostener las cosas que dice y por lo menos, que estas interfieran un poco
en las que hace, usted no me desearía porque yo fumo marihuana mamá y porque a
veces luzco descuidado, pero jamás dude que me baño mamá, a diario, supongo que
usted me enseñó a hacerlo pero ya no lo recuerdo, o mejor, lo recuerdo de otra
manera, algo más inconsciente, que se filtra en otros niveles de comportamiento,
espero que no se me malinterprete mamá (si es que nos permitimos la pereza y
terquedad de sentir que hay una “correcta manera” de interpretar, entender y
reaccionar frente a las cosas) de todas formas, ambos escribimos cosas por las
cuales nos podrían dictaminar patologías mentales y diagnosticar enfermedades
psiquiátricas, hacemos el trabajo sucio mamá, pero no somos aún tan sucios, por
lo menos yo lo hago, y empiezo a hacerlo a menudo, escribir cosas por las que
me podrían internar, o como mínimo, abrir procesos judiciales. A usted le
gustaría que la sedujera un abogado con amplitud económica, un conocedor de
vinos finos que la volviera a inducir a beber, cómplice de la picardía que
oxigena el cuerpo mamá, eso no está mal, no creo ser el más indicado para
decirle esto pero hay cosas que nos inculcaron que no son tan ciertas, cosas
que nos ensucian, que prostituyen nuestros más sanos impulsos biológicos. Mamá
ya va siendo hora de que nos quitemos la vergüenza y hablemos a calzón´quitao en
cuanto al suicidio, por lo menos es momento de que nos digamos en la cara lo
que creemos, mamá ¿Qué sería escribir si esto no implicara una ruptura
contundente en la vida de quien lo hace? ¿Es necesario quemarse y sentir el
dolor en carne propia para poder contagiar a los demás? ¿Hasta dónde filtrar lo
que escribimos mamá, lo que cocinamos? ¿Qué tanta pulpa quiere que le deje en
el jugo de naranja cuando se lo haga por las mañanas en los domingos mamá?
¿Usted preferiría que no fuera tan escueto mamá? Lo siento mamá, en realidad lo
siento, y me apena tener que despertarla en la madrugada para decirle esto, es
que no me aguanto mamá, es que se me sale por la boca como se me salía la leche
cuando usted me amamantaba, cuando trasnochaba por mí, ya no lo haga más mamá,
si es que lo hace, yo tengo mis trasnoches y nuestras noches tienen diferente
ritmo mamá, gracias por dejarme quedar en su casa, yo se que esto para usted es
un sacrificio muy grande, usted podría estar más tranquila sin tener que lidiar
con las ocurrencias nocturnas y obsesivas de su primogénito, ahora orino en su
baño mientras usted duerme mamá, apunto al borde del inodoro que no tiene agua,
para que no salpique y hacerle el menor ruido posible, pero siempre se escapa
algo de ruido, o alguna gota salpica el bizcocho o el piso, hay que limpiar
mamá, yo limpio, quizás usted no lo sabía pero hace unos años que me encargo de
la higiene de mi cuerpo y soy consciente de las huellas y los rastros de fluidos
que voy dejando cuando lloro o cuando orino o cuando hago el amor ese salvaje
entre el sudor y los orgasmos, quizá yo no soy el indicado para decírselo mamá
pero usted se merece un muchachito que la haga feliz en la cama, y que le
prepare la comida y que le lea en las noches y que le escriba, un hombre joven
al que usted no tenga que criar, una mano fuerte que le indique el camino, eso sí
que nadie me le pegue, aunque no puedo estar ahí toda la vida para defenderla
mamá, usted hay cositas que ya tiene que ir aprendiendo solita, a ser maliciosa
mamá, en su baño hay un espejo, confúndase, confúndanos, confúndame, deje de
dormir y escriba por mí, una diatriba acerca de la maternidad, implíquese
emocional, cognitiva y corporalmente mamá, no escatime, escríbame como serían
nuestras vidas si intercambiáramos por un instante nuestras percepciones, tome
mi mano y mi pulso y mis drogas mamá y escriba un texto que altere sutilmente
la dramaturgia que se gesta en la cabeza de una joven escritora, que también se
cuestiona mamá, que indaga como nosotros, que utiliza y filtra sus
experiencias, que percibe a flor de piel cada cosa que vive, que decide pero también
se queja cuando las cosas no le parecen mamá, y constrúyale un poco el panorama
de lo que usted sentiría si tuviese que vivir en mi cuerpo, cuéntele que
sentiría cierta dependencia por algunos hábitos, descríbale mi extraña y
pervertida manera de fumar, luego háblele del negocio de venderla, dígale que
no es tan difícil ni tan caliente, que sólo se trata de acercarse a gente que
la consuma y esperar a que el paso del tiempo se torne en dinero, para no tener
que pedirle nada, para que tenga como irme de su casa, o usted en mi cuerpo, es
decir, por esto de que estamos jugando a que somos el cuerpo del otro, a que
nunca terminamos de dividirnos después del parto, usted me entiende mamá, mejor
que nadie, este cordón umbilical es más grande que el cable del teléfono o del
teclado en el que escribo, es decir que usted escribe en mi cuerpo, porque usted
en mi cuerpo ha escrito muchas cosas pero ahora yo le pido que escriba cosas
muy puntuales, cosas de su relación con su mamá, la mía, percibiéndose en mi
cuerpo, recuérdelo mamá, imagínese siendo su propia hija, imagínese como se
tocaría si usted fuera su propia hija y se tocara desde adentro del útero, va
más allá de lo sexual, particularidades de cómo entró media de esta vida mía en
su sistema reproductivo, qué palabras la hicieron indefensa, qué caricia
vulneró su virginal velo mamá, mamá deseo profundamente que usted sienta un
orgasmo mamá, la ayudo, casos se han visto mamá, pensamos todavía muy retrógrados,
cómo se tocaría mamá, respóndame, cómo reaccionaría a la sensual caricia que se
propicia usted misma siendo su hija, cómo se violentaría, cómo se pondría en
riesgo, aconséjese de cómo robar sin ser descubierta en los mercados, cómo
percibirlo todo, enséñese a tener movimientos certeros y contundentes, a no ser
nunca atrapada, apréndase de usted misma mañas de la calle, formas de sacar
ventaja, pregúntese que robaría si lo hiciera, qué robará mañana, sienta otra
vez el dolor, que no es el mismo que antes sintió, el placer mamá, el placer,
ahora suponga, sólo por un momento, permítase creer mamá con los ojos cerrados,
que sus sensaciones se mezclan libidinosamente, que el dolor no termina en ser
del todo dolor y que el placer se torna doloroso y luego más placentero aún por
lo doloroso, imagínese dentro de mi cuerpo sintiendo lo que siento yo,
imagínese montar en bicicleta, imagínese las drogas, imagínese llegar a pensar
en quitarse la ropa por dinero, cómo sería mamá, imagínese si se quitara la
ropa por dinero mamá, cómo sería, cómo tornar eficaz y practica la sensualidad,
la arrechera mamá, porque si trabaja usted quitándose la ropa de mi cuerpo
tendríamos que volvernos prácticos y eficaces con el deseo y las alteraciones del
cuerpo mamá, que fuerte un oficio que medie con nuestro impulsos mamá, no sé si
deseárselo por más que sigo la fantasía de que usted puebla mi cuerpo, que lo
siente y consiente por dentro, cómo sería usted si se masturbara con mi cuerpo
mamá ¿ha estado sola? ¿Ha tenido ganas de tocarse? ¿Usted ha sentido el deseo
mamá? Que no es el mismo deseo nunca, siga imaginando mamá, mantenga los ojos
cerrados, imagínese que escribe muy entrada la madrugada, imagínese en mi
cuerpo pensando cómo expresar la idea de que en el baño de su madre hay un
espejo que no termina de reflejarlo a él cuando lo corta, pregúntese por el
dolor otra vez mamá, esa incontrolable sensación que puede ser tan adictiva,
imagine mamá cómo sería el día en que usted se suicidara, en mi cuerpo claro
está, imagine lo que soñaría la noche anterior, imagine qué sería lo último que
escribiera, imagine a quién iría dirigido ese último texto, imagine que
intenciones pudo dejar en él, que ideas sin desarrollar se le truncaron mamá,
que sueños no realizó en esta utopía suya de la literatura, de su literatura
mamá, la única que usted podría y escribió, imagine que decide morir y matarse,
no se apiade mamá, en serio, si alguna vez decide matarse o morir no sienta vergüenza
ni culpa mamá, recuerde siempre que en todo la apoyo, yo comparto eso mamá, eso
que quizá usted piensa también, que nuestro cuerpo se degenera y no hay vuelta
atrás, este cuerpo que es el mismo mamá, este cuerpo que es nuestro, que nunca
acabó de separarse por completo, sólo un instante mamá, imagine que se levanta
luego de escribir algunos párrafos en busca del único baño que hay en la casa,
imagine que entra silenciosamente a su cuarto y procura no hacerse el menor
ruido para no despertarse usted misma, imagine que entra al baño y ve un espejo
y confunde sus vivencias con las de su hijo o hija que es usted misma y que es
también su mamá y su papá y que el género no importa ni esta inconstante forma
en la que pasa el tiempo, imagine que ve su reflejo y que ya no distingue si su
cuerpo es un cuerpo de hombre o de mujer, imagine que le excita cortarse con el
espejo, imagine un brutal orgasmo mamá, gemir entre cortadas y sangre, o más
bien, contener el gemido, para no despertarse, para no irse a hacer ruido,
imagínese quitándose la vida para no tener que envejecer mamá, ahora, sólo si
quiere entiéndame, entiéndame que yo la apoyo, si quiere robar, o si quiere
vender, o si quiere gestionar muchachitos, incluso si se quiere matar mamá,
perdóneme que sea incondicional y que la motive a hacer las cosas que realmente
desea, si la impulso a saciar deseos que usted creyó sueños irrealizables en
verdad discúlpeme, no es mi intención decirle que le escribo con dobles
intenciones, por eso le pido que se imagine con mi cuerpo mamá, veinte años más
joven, haciéndose daño pero gozándolo, imagínese usted siendo yo y
escribiéndose esto, ahora imagine cómo yo me imagino que soy usted y que lo
leo, imagínese haciendo el amor con un hombre de mi edad mamá, imagínese
diciéndose que ese porro que se fumó será el último en una larga temporada,
imagínese teniéndose que convencer de que la marihuana la torna improductiva
después de que tuvo que aferrarse con tanto fervor a defender los beneficios de
la hierba para persuadirse a usted misma de que fumar no estaba tan mal,
imagínese saliendo de la casa a hurtadillas antes del amanecer para no
despertarse usted solita, tan solita como siempre, escondiéndose usted misma de
sus propios juicios, de los míos, imagínese mamá que en el baño no decide usted
matarse, sino que su ardor clama por otro cuerpo, imagínese desearlo, tocarlo,
no con la suave caricia con que se entretiene a un niño, sino con la calma
violencia con la que vocifera un hombre, imagínese mamá sólo un segundo en el
que está usted dentro de mi cuerpo y se desea, me percibe deseándola, imagínese
lo que sentiría si usted se hiciera el amor solita, imagínese el placer mamá,
imagínese imaginándose cosas y percibiendo cómo se alteran músculos en su
cuerpo, cómo reaccionan a lo que lee, piense qué partes del cerebro se mueven
al imaginarse leyendo esto, ahora cuántas al imaginarse que fue usted quien
escribió esto para leérselo a usted misma después, ahora piense que no hay
antes ni después mamá, ahora piense que somos uno y en un mismo instante,
piense que vivimos nuestro único instante,
que entonces es también el último, mamá imagínese que nos suicidemos, juntos,
cogidos de la mano en la ducha mamá, desnudos, el chorro de agua bajo el cual
usted se enseñó a bañar su cuerpo, a jabonarlo sin que se torne un básico acto
de auto satisfacción, por eso le digo mamá, que usted y yo tenemos un mismo
cuerpo y estamos a punto de matarnos encerrados en un baño sin hacer mucho
ruido porque no la queremos despertar a usted mamá, a usted digamos, en otra
conciencia del tiempo, mamá tengo una extraña percepción del paso del tiempo,
es como una invariable percepción acumulativa que se pone cada vez más pesada e
incurable, cada cual escribe de los pesos que no puede cargar mamá ¿usted cómo
se mataría si no tuviera otra opción mamá? Si realmente lo deseara, en mi
cuerpo mamá, que sería el suyo, recuérdelo, o más bien, nunca lo olvide ¿cómo
suicidaría este cuerpo mío? ¿Tendría las agallas para matarse? Claro que si
mamá, yo en usted confío y en sus capacidades para leer lo que propone el
entorno, mamá sólo un recorrido emocional, piense en el momento en que usted decidiera
suicidarse, piense cómo hacer para quitarse la vida, imagínese morir mamá,
ahora visualice de manera tan justa y sensible el preciso instante en que se
quitara su vida mamá, imagínelo tan nítido y diáfano, el lugar, la temperatura,
el silencio, percíbase en ese espacio con la asombrosa claridad con la que se
siente lo que ya se vivió, porque lo que se vive no alcanza ni a vivirse bien
cuando ya forma parte de lo que se vivió, usted y yo lo sabemos mamá, no lo
olvide, nuestros cuerpos aprendieron juntos, antes de tocarse se gestaban
mutuamente, ahora se tocan, aparentan que se tocan, fingen que tienen un
vínculo, que se respetan y que se creen, han desarrollado una serie de acuerdos
por simple convivencia, mamá imagínese irse de la casa, escribirse algo para
contarse usted misma la noticia, despertar en la mitad de la noche por unos
ruidos que hace la cabeza de uno y darse cuenta de que usted todo se lo imaginó
solita, todo mamá, imagínese que usted todo esto se lo está imaginando, estas
palabras, este papel, todo lo de nuestro suicidio mamá, o mejor, el suyo,
porque siempre fue suyo mamá, porque usted se imaginó que pasó el tiempo,
porque usted se imaginó que tuvo un hijo, se imaginó que lo amamantó y que
ahora la despierta por las noches, imagine que usted se suicidara, recuerde el
momento exacto de cuando se suicidó, y proyecte en ese imaginación suya mamá,
sólo suya, porque yo no existo, porque yo no soy su hijo, porque yo no nací
mamá, proyecte como si fuera una película el lugar y las condiciones bajo las
cuales se suicidará, imagine su epígrafe, la última frase que escribiría de
usted misma, escriba que no hay frase para los años de sentirse tan solita, mátese
conmigo, ya no imagine nada mamá.
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