sábado, enero 13, 2007

Times Are Changing... They are changing for me?

Diciembre 15 de 2006, Viernes a las 8 p.m., ya se habían visto por la calle, algunos afiches con la foto de la portada de Let it be, y esas cosas.
Calle 42 con 23, la cita era bastante anunciada, revendedores y negocios raros, finalmente se entro, no muy convenientemente pero se entro.
El teatro siempre es un sitio muy ameno y agradable, parecía como un recital de piano o algo por el estilo, había gente de todo tipo, ¿que más se podía esperar? Lennon había muerto hace 26 años y una semana, un homenaje a The Beatles, era algo muy apropiado.
En el restaurante a la entrada, había varios carteles, que evocaban los 60’s y jóvenes 70’s, fotos de Jimy Hendrix, anuncios a conciertos de Jethro Tull, Letras tipo “Woodstock”, fotocopias de boletas de Tommy, era un ambiente muy de incienso y guitarras.
Una vez senta-dos, se apagaron las luces, se abrieron los telones, y se encontró un grupo de 10 personas en el escenario, 3 violines, viola, 2 violonchelos, contrabajo, batería, guitarra eléctrica y voz, y otra voz.
Era gente muy del común, una niña muy linda estaba en un chelo, y otra muy linda en el público…
Dos personajes vestidos de negro y de pelo largo (estilo heavy rock 80’s) saludaron al publico, nada que decir.
Luego entro el director, y presento la orquesta, era un calvo muy agradable, sabia mucho sobre lo que hacia, al menos. Guitarra acustica.
Los violines entonaron los primeros acordes de Don’t Let Me Down, y el primer grito fue increíble, los dos oscuros cantaban bien, fue hermoso, la banda era increíble, Don’t Let Me Down! ¡Y estallaba el grito en el publico! La gente se pasaba a las sillas de adelante, pero nosotros esperamos que acabara esa obra de arte, para hacerlo, era necesario, ¡que canción!
Termino y el aplauso no se hizo esperar, ovación de pie. Increíble.
Después, sin previo aviso sonarían los violines, y cantarían Eleanor Rigby, desgarrador, All the lonely people, y se erizaban las pieles, y se emocionaban los corazones, Father Mackenzie, Que letra tan encarnizada y bella…
Anunciaría bien el director un tema de John Lennon, y de la vida que lo alejaba de su familia, sonaría pues In My Life, y los lugares que recordamos entre todos, un tema suave, como para llorar, nostálgico, ¿que más puedo decir?
Después un tema algo desconocido de McCartney, sonaron los primeros acordes, y muy pocos reconocimos la increíble For No One, También suave y nostálgica, pero con una letra preciosa y clara, al mejor estilo de el bajo de los Beatles.
Se anunciaría el siguiente tema con el nombre de “Campos de Fresa”, y el publico enloquecería, caminaría el “Intro”, y Let me take you down, cause Im going to Strawberry Fields, El micrófono miraba al publico y cantábamos fuerte la letra que recordaba la infancia de Lennon y una de las grandes canciones escritas para ser escuchadas y amadas.
Haciendo un pequeño corte, cuando todos los aplausos sonaban, inicio Penny Lane, aquella esquina en algún sitio de Liverpool, con su barbería, era hermoso, Paul McCartney, es grande, todos se paraban a bailar, y acompañábamos con las palmas. Ya se veían algunas lágrimas, y parejas cantando juntas.
He’s a real Nowhere Man, todos los que se habian sentado, se volvieron a parar y cantábamos, cantábamos y volvíamos a cantar, de hecho, al del micrófono se le olvido la letra, pero entre todos lo ayudamos, y seguimos making all his nowhere plans for nobody. Para nadie. ¿Para quién canto yo entonces?
Vendria un pequenno “Brake” “Break?”, ¿freno? ¿refrigerio? Fax U.
Volvería la banda al escenario, se anuncio una canción un poco melosa, pero hermosa, muy de emisora bogotana, “McCartney la hizo para ganarse al público francés”: Michelle.
Te amo, te amo, te amo, es todo lo que quiero decir, Paul eres grande.
Después la guitarra eléctrica anunciaría un poco de Rock n’ Roll, ténganse duro, el single, en el punto clímax, de John Lennon, un disco reinado por el, A Hard Day’s Night, todo el teatro se puso de pie, y vino el grito, y el “solo” de guitarra, después se dijo por el micrófono: “Para John Lennon donde quiera que estés.”
Un pequeño corte y estallaría I Want To Hold Your Hand, aplaudimos dos a la derecha, dos a la izquierda, como en The Cavern, fue sublime, aun seguimos dedicando la canción, el inicio de The Beatlemania, en USA. Rock n’ Roll, muy de Goffin & King, de Eddie Cochran, de Buddy Holly, hasta de Elvis.
Se anunciaría una canción de la época en que Lennon amaba a todo el mundo, y nos pondríamos de pie para el himno de la música, mano en el corazón, nada que no puedas hacer, no se puede hacer, All You Need Is Love, el ultimo corte de Magical Mystery Tour, y los violines entonando segmentos de L’e Marsellesa, asesíname, no podía creer lo que oía, era toda una época, una invención a dos voces de Bach, “Greensleeves” y una breve cita de “In the Mood”, esta vez no hubo que pagar derechos de autor.
Haciendo aclaración al pro feminismo de Paul McCartney, comenzaría la “Country Western” hermosa Lady Madonna, y todos cantaban y bailaban, y brillaban like the moon, and the Stars and the sun.
Se haría un breve paréntesis en el mano a mano de Lennon McCartney, para dar paso al callado del grupo, al mas joven, la guitarra melódica, George Harrison, que aprendería las movidas de la composición para llevarnos al cielo en The White Album con While my Guitar Genlty Weeps, sin embargo no la tocarían, pero tocarían un tema indescriptible de Abbey Road, por George Harrison, Something. Indescriptible. Inmortal. Algo.
Después de ese cuadro que deja Harrison en la mente, vendría el anuncio de los dos últimos temas, uno de Lennon y el otro de Paul McCartney.
Vengan todos juntos, hacia mí. El primer tema seria también de Abbey Road, el aparente y muy grande, Come Together ¡gritando todos juntos! You got to be free, Come Together, right now, over me. Compuesto con rabia, cantado para que Lennon lo oyera, para que a Chapman le ardiera la mano derecha.
Haciendo una buena transición sonaría el tema de McCartney, y la reina del barrio se retiraría ofendida de la sala, Drive My Car, si voy a ser una estrella, puedes manejar mi auto, y quizás te ame. Haciendo juntos el corito de BipBip BipBip Yeah! Inolvidable.
El grupo, entraría tras los telones, pero no podían irse aun, faltaba algo, así que pedimos algún otro tema, A Day in the Life o Helter Skelter, yo personalmente pedí Twist and Shouts, pero era inútil, el espectáculo había terminado.
No! Aun no! volvieron, se reacomodaron los violines, y el director, anuncio una canción de Lennon que compuso gracias a una sirena en un momento heroico. No es lo que creen. Ambulancia y heroína o algún otro ácido de por ahí.
I Am The Walrus, que buena canción! Sin palabras.
Finalmente el director nos comentaría sobre un tributo al Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, haciendo memoria al 1 de Junio del 67, el dia en que el Rock se divido en dos.
Con intenciones de entrar a camerinos, se fueron despidiendo muy sugestivamente, pero alguien en el publico, pediría una ultima de Paul, entonces la complaciente banda, entonaría Hey Jude, Na! Nana! Nananana! Nananana! Hey Jude! Todos coreábamos, doscientas almas cantando The Beatles en algún lugar del mundo, eso ya se ha visto antes, pero los que lo vivimos somos muy afortunados. Fin del espectáculo, ya nos habían complacido, tocando dos temas. ¿Que mas se podía pedir? El viejo Poseidón, ahí va. ahi voy.
Se cerro el telón, seguimos aplaudiendo y aplaudiendo, se encendieron las luces, ya el publico se ponía de pie, cuando de repente, se apagan las luces, y se abre el telón, y el director un poco mas desinhibido grita sin micrófono: Hablando del Sgt. Peppers! La canción del dibujo de Julian. Lucy In The Sky With Diamonds. Y todos cantaron otra vez, a puro pulmón, de pie, gritando, y se oían aullidos locos de: Lennon! o Beatles!
Fue hermoso, después nos reuniríamos todos a escuchar Double Fantasy, y a tomar algo por ahí…
A Julian le quitaron a un padre, a Yoko un excelente esposo, a The Beatles le arrebataron un gran músico, pero al mundo… al mundo nos quitaron una generación.
Esto es solo el principio, lo que tenemos que hacer es mantener viva la esperanza, porque sin ella nos hundiremos.


“Quiero dar las gracias en nombre propio y del grupo, y espero que hayamos pasado la prueba…”

John Winston Lennon
30 de Enero de 1969, en la azotea del Savile Row, Londres.

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