martes, junio 28, 2011

Confesiones de Infierno

"...del cielo nos caen los clavos"
Hector Lavoe

Encerrado con la todopoderosa en el confesatorio, perdida la fe en el hombre.
Santiago se levanta a las cinco de la mañana como cuando iba al colegio, se baña pero no se masturba, antes de cerrar el agua guarda una bocanada y sale corriendo tiritando de frio y moja todo el pasillo hasta llegar a la matera de Violeta donde riega su tallo, tambien riega las dos pequeñas matas que nacen a su lado. Seca sus muslos con una toalla roja que tiene el escudo del diablo. Se viste y ahí empieza a pensar en como lo verán los demás, desde ese momento le preocupa la imagen que proyecta ante el resto del mundo. A pesar de todo, baja sin hacer ruido porque duerme Violeta y tambien Violeta. Calienta chocolate y adentro derrite queso, moja el pan y su cuerpo come. Hoy no sale tarde, cosa rara. Madruga porque no trabaja sino que se la pasa escribiendo y no hace nada y si no llega temprano paila. Frito.
Santiago hace fila pero siente inmensos deseos de atropellar a la gente y ganar un puesto en el autobus, quiere poderse sentar y leer, esta leyendo hace mucho tiempo y a un deplorable ritmo un libro de Karl Marx que se llama Miseria de la Filosofia. Es glorioso el momento en que logra apoderarse de una silla, adueñarse de ella por una hora hasta el trabajo y tener la posibilidad de leer. Cosa muy muy rara. Nunca había leido un libro de Marx pero las circunstancias dadas quisieron que asi fuera. La contestación tardía a una carta de Javier, una de las pocaspersonasqueaún le intrigan. Invitación a la obra El Beso de La Mujer Araña de peculiar argentino Puig. Difícil no recurrir a explicaciones metafísicas acerca de porque llegó esa obra a sus manos en ese preciso momento. Afán por reunir material para la audición, ansiedad de competir instaurada por las tan nombradas presiones educativas. Confrontación con el personaje Valentín Arreguí, sus vivencias, las que menciona la obra y las que no, puntos de enlace en busca de afectación personal. Quizá la ultima oportunidad por descubrirme.
Santiago aprehende que toda oferta es a la vez una demanda, porque quien vende, demanda tambien un producto a cambio o el signo representativo de todos los productos, el dinero. El unico Dios verdadero.
Santiago aprehende que toda demanda es tambien una oferta. Así cuando trabajamos demandamos dinero pero ofrecemos a cambio tiempo de trabajo, vendemos nuestro trabajo por dinero. El autobus llegó a la Avenida Jimenez, donde se bajó decidido a comprar algo de dinero con su trabajo.
Santiago optó por lavarse la cara con monedas. Refugiado en las aparentes rupturas de los tabues instaurados por su madre víctima. Javier fue sincero, no hay personaje, hay una voz de niño gomelo que finge que le duele lo que le impusieron haciendolo levantar durante trece años todas las mañanas a las cinco para tomar otro autobus, en el que iría a un lugar donde demandan dinero y venden educación. Vió Javier una inmensa cantidad de simulaciones, pero escuchó tambien un deseo de vivencia. Javier optó por no decidir academicamente. Santiago fuma para poder desintoxicarse del trabajo. Santiago lavó su cuerpo con dinero a cambio obtuvo un herpes en la cara. Santiago camina hasta la procuraduría donde trabaja su mamá y tambien trabaja él. Marx desconfía del lugar donde estamos pero confía en el inevitable cambio. En los ascensores de la procuraduría hay pantallas que sirven como escudo para los ojos que a veces se encuentran y tropiezan con impulsos sexuales en idénticas pupilas del sexo opuesto o no. Marx no cree en misterios, cree en atar cabos sueltos. En las pantallas siempre se repite el mismo video, el procurador vestido de traje y corbata azul dice:
cualquier estado por laico que sea, si quiere garantizar el bienestar de sus ciudadanos, debe estar fundado en los principios y valores, lo contrario sería ignorar la condición humana, lo contrario sería convertir la sociedad, nuestra sociedad en el mismo infierno.
Storch dice que nuestras necesidades estan dadas por el contexto social, y que atribuimos valor a las cosas que satisfacen esas necesidades. De este modo, los valores no son producto de la reacción de cuerpos que necesitan cosas, sino de una fuerza superior que organiza los cuerpos para producirse más formas de justificarse, suele ser llamada Sociedad. El ser humano es virus y eso se vuelve evidente para Santiago cuando va tarde y tiene que tomar el autobus en las mañanas para ganar dinero y comprar comida para Violeta, y no puede entrar poruqe esta el autobus repleto de ropas que no son cuerpo porque andan pensando en como se ven para los demás. Santiago sabe que entre más hable de desprenderse más lejos estara de hacerlo, porque eso es una de las cosas que se hace, y no se dice y no se escribe, porque defenderse es morder y no ladrar. Santiago tiene sueño y hambre porque el pan no llena el cuerpo. Se agarra de la baranda con la mano y se llena de virus la palma que luego se la pasará por la cara y como mierdas no quiere tener herpes en la cara si el dinero es el producto representativo de todos los virus y su condición humana. Santiago sueña de pie que en la proxima parada toda la gente baja del autobus y quedan vacios todos los puestos y el puede acostarse en cualquier parte y leer otro poquito antes de que llegue al trabajo, salude a su Jefe y le pida perdón. Listo y para cumplir su penitencia.

No hay comentarios.: