jueves, junio 09, 2011

Valor de Cambio

No he podido volver a sentirme relajada.
Lo mejor es que te entregues.
Aliviarme de esta enfermedad corrosiva retornando hacía mi cuerpo a su forma plena de escuchar. Forma perdida que no recuerdo, la encuentro por momentos en mi niñez perdida.
Pero hay problemas que me tensionan.
Nunca he podido escribir con sinceridad, siempre hay una idea mejor, mas adecuada, sigo siendo manso borrego, escribiendo para gente con clase que me observa y sigo fascinado ante el espejo. Huyo constantemente pero estoy atrapado, no me dejo salir.
Se han constituido en mi habitos que anulan mi mente que razona, me aferro a ellos, detesto las constituciones, las reglas, los "acuerdos" obligatorios. Me repugna esa instalación forzosa de las niños en la sociedad adulta, humana. A pesar de eso, se constituyen en mí mañas. Empiezo a hacer las cosas porque sí, no recuerdo eso de desear. Pero mi cuerpo lucha a muerte contra esos nudos y cuando encuentra modos de desfogue, vienen esas mañas y lo relajan, lo ensimisman, ahora no. Quiere acelerar este desahogo hasta volverlo incontrolable.
La marihuana me hace vulnerable y sordo.
Busco ahora la droga de la escucha, y existe el riesgo como con cualquier droga: que las sensaciones no sean gratas ni agradables. Pero me mueve esta extraña sensación a probar lo que ya ahora me resulta desconocido.
Quiero volver a sentirme mujer triste con deseo.

2 comentarios:

David dijo...

Necesito escucharlos plenamente para no permitir nunca que toquen a Violeta los hijos de puta.
Abogados de Narciso.

Juan Pablo Angarita Bernal dijo...

usted sigue produciéndose