miércoles, julio 13, 2011

Distracción

Well I was wondering how long this could go on
Well I thought I could never be surprised
but could it be that I bit my own tongue
Oh yeah, it´s so hard to swallow when you´re wrong





John Lennon




Resulta peligroso reincidir. Esta vez con calma, sin subestimar su percepción, sostiene las pupilas cueste lo que cueste. Espera el momento sin forzarlo, sus músculos relajados no revelan la angustia, manos que aguantan aunque quieren temblar, aniticiparse es muerte, dedos a punto de regar el naipe, glándulas que derraman adrenalina en la sangre, corazón que bombea a tope sin que nadie lo note. Espectador inquisitivo devora detalles, vigila cada movimiento en busca de algún síntoma de engaño, sospecha de todo, duda respirar porque la siente alterada, advierte su excitación inevitable, ve en las pupilas nervios que pierden la calma. Lo seduce la ilusión de verla extraviada, como sin salida. Empiezan los minutos a empujar el pecho, asfixian. Siente el espectador como la satisfacción irradia su cuerpo, el éxito de no haberse permitido desconcentración alguna, la seguridad de no ser timado, de no dejarse acariciar la frente por la impostora, engendra la victoria con los ojos cerrados, triunfante se llena de ruido. Error cometido por la certeza de no haber cometido ninguno. Ella lo arrastra a ese estado, se percata de que justo al sentirse él infalible, convencido de su tenaz victoria, ebrio de orgullo, deja de percibirla pues ahora goza extasiado en la cúspide de su superioridad. Ella juega a ser agobiada por el fracaso, disfruta esa sensación, cuando aún todo juega en su contra, cuando ya es demasiado tarde, no puede aguantar más y tampoco quiere dejar pasar la euforia cómplice, atrae por un instante su mirada, como alabándolo, amarra su atención, durante alguna fracción de segundo le pertenece completamente, él se glorifica y se revuelca sordo en el más brutal orgasmo de adulación. Arroja su cuerpo sobre la baraja oculta, se precipita sobre su víctima que sigue gozando no ser vulnerable. Algo incesante. Ella vive en función de traicionar al otro permanentemente.




-No puedo ofreceros más que una sarta de mentiras- grita en silencio.
Luego le sonríe.
No pudiendo creerse derrotado, su mente ata los más lejanos cabos, busca desesperado refugio en conclusiones absurdas.
Pero la verdad se jacta de ser inalcanzable.
Esta adicción a romper el blanco de las páginas no me deja estar tranquilo en todo el día.

No engaño a nadie más que a las mismas letras. Sin que nadie lo note, me doy una bofetada.

Como si de tanto mentir, algún día fuera a ser incapaz de hacerlo. Como si se acabaran las mentiras, como si me saturara de falsedad.


El huye atónito, enfermo del más ingenuo asombro.
A ella le seduce otra vez sentir el timo, la esperanza en la cara de la gente honesta.
Pero sabe que no existe eso de la honestidad.
Justo aquí se da cuenta de que tambien ese júbilo fervoroso se adueña de ella.

Dispersa sus sentidos. Ahora ella es quien huye ansiosa, en busca de alguien capaz de defraudarla.

No hay calma. Deseamos fraude a toda costa.

Si yo falto a la verdad incurro en un delito.
Si no miento soy tramposo. Sostengo mis pupilas ante magia adulterada.



No hay trucos.
Reincido.



No hay sílabas.


A partir de ahora queda terminantemente prohibido escribir.










2 comentarios:

David dijo...

cuando el mundo tira para abajo
es mejor no estar atado a nada

Anónimo dijo...

Quiero tu otra mejilla