lunes, julio 11, 2011

Prohibido No Fumar

Quize haber escrito una historia, no pude conseguirlo.
Tengo que ser un poco más sincero.
Ahora es la hora del almuerzo en el lugar donde trabajo.
Aqui en una silla giratoria de ruedas me siento y siento como me jodo la columna vertebral. Aqui se acumulan tensiones sexuales que surgen desde el principio del día, desde el más tierno despertar, por eso no puedo dejar de bañarme con agua caliente porque implica una sensación placentera que estoy dispuesto a repetir hasta llevar a los más predecibles rincones de la mecánica. Estoy dispuesto a sacrificar todo por un poquito más. Prefiero solo un poquito que el tiempo entero. Estoy enamorado de mi costumbre. Tambien hago cosas como trabajar, cosas que no me seducen. ¿Obligaciones? Hay que perseverar, pronto desapareceran esos tribunales que no me seducen, estaremos jugando. ¿Jugar tambien puede convertirse en una costumbre vacia? A veces creo que cuando jugamos arrojamos todo nuestro cuerpo. Puedo incluso inetntar jugar a trabajar, pero eso no sería sincero, sería tan falso como pretender extirpar mi ego. Me gusta aterrizar de lo sueños en las mañanas, ese momento antes de despertar en que percibes tu cuerpo dormido y por voluntad propia sales de ti. Me gusta porque puedo salir a correr de la realidad. Me gusta soñar poque a veces me da miedo. El riesgo necesita del dolor o del miedo. ¿El dolor puede convertirse en una costumbre vacia? A mi no siempre me duele trabajar, no me dolería en absoluto si no improvisara. Se estan transformando los canales de comunicación, se estan alterando.
Se agota el tiempo del almuerzo para escribir. Debo trabajar, para poder salir temprano a ensayo, hoy iré en otro estado distinto al de siempre, distinto al que siempre ha visto esa tía española, mañana en otro. Ha llegado el dulce cansancio, ante nosotros se levantan las desiciones plenas, las costumbres han saturado al cuerpo, con fuerza se arroja este hacía lo desconocido. Se ha hastiado del placer, ahora busca otra forma de salir de si. Busca en todas partes, en el dolor, en el miedo, en la suciedad, en el dinero, en la perversión, en la iglesia, en el pecado, en el derecho que tiene a fumar mientras se baña y el vapor se lleva el humo por la ventana. ¿Fumar puede convertirse? ¡fumar puede pervertirse! fumar puede desvestirse.
Fumar puede vertirse, puede vertirme, puede herirme, puedo reirme, puedo irme. Ahora no he escrito una historia he dejado una mentira jugando a decir la verdad.
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y yo sigo con vos, sabes se hace difícil seguir anclado aqui...

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