viernes, abril 13, 2012

de como recargar mi peso en algunos que ya no comen para no deberle nada a mis contemporaneos ni a Dios...

Yo quería releer primero El Jardín de Senderos que se Bifurcan antes de escribir esto, quería que Borges me influyera, quería que aceitara el camino pero me quedo viendo a Ringo cantar It Dont Come Easy, Ringo tiene ojos verdes, no leí Borges, ahora escucho una canción que se llama Sara, no intento releer lo que voy dejando atras, porque quiero precisamente que esto sea un escape, una vía alterna, cada día percibo más esa relación cambiante de los objetos que nos acechan, no se debe a la mera invención y creencia en la paranoia persecutoria (así como el comunismo no se debe a su mera inclusión en los diccionarios burgueses, ni a su mención en las clases de historia en los colegios de los niños ricos, sino a que los niños pobres...) heme otra vez aquí, sentado unanimemente en la silla del estudio de la casa de mi mamá, vine con la vana excusa de recoger la batería de mi celular, supongo que para coomunicarme, no quiero devolverme a leer esto, no quiero leerlo nunca, quiero que pase y se vaya como todo lo que he escrito, no me gusta lo que escribo porque escribo como un tonto niño rico, pensé primero en que a los niños pobres les hacen falta libros pero el cuerpo pide más el pan, despues de que el hombre aseguró el pan, pudo empezar a escribir, además hablo de mí como de un niño y ese es un engaño, una falsa ilusión, tengo la piel carcomida por el miedo, por el respeto, por la paciencia, ser noble es el peor de mis pecados, ahora añoro una violencia que se desate en mí. Brecht me hace dar cuenta de que mi percepción del comunismo es la de un burgués, Sartre, entiende que los objetos estan cambiando, que no es mera tontada, Silvio, le canta al che. y no el en Africa ardiente, como en el Africa ardiente. Yo me muero como viví. La música no me esta dejando ni escribir y ya no me dejo leer a Borges, miestriosamente la música quizó que escribiera yo desde otro lugar, quizá desde el de los objetos que me persiguen, esta mañana dinero viejo de un pantalón sucio vino a mí porque por fín tuve el impulso de lavar algo de ropa,. aunque metí tanta ropa en la lavadora que esta se atascó y casa ni lavó nada. Pude comprar pan, y monté bicicleta hasta el trabajo.



Gracias al diablo no llovió.


Luego encontré un candando en el piso, ahora siento ganas de dejar mi trabajo y empezar a vender mucho LSD. No puedo ser sincero aún, lo percibo, aunque lo intento.
Quizá es por que realmente en el fondo le quiero hablar es a usted y no escribir lo que mi cuerpo necesita comunicar a alguien tan receptivo como usted, o Violeta, o la hoja en la que uno se vomita.


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