lunes, marzo 17, 2008

El coronel, el soldado, yo, y mi dictadura imaginaria

En su closet, variados uniformes de color verde, con medallas, muchas medallas, cuadros de la policia nacional, agradeciendo sus diez años de servicio, mencion de honor, agradeciendo sus veinte años de servicio, condecoracion a la valentia, tres estrellas, agradeciendo sus treinta años de servicio, general oficial del comando regional, agradeciendo sus cuarenta años de servicio, coronel mayor, agradeciendo sus cincuenta años de servicio, maxima autoridad.
Sus hijos en Europa, su esposa, en el gimnasio, lo demas es deducible, camionetas, chofer, cuentas bancarias, restaurantes de meseros elegantes, edificios de porteros elegantes, entradas a palco en el futbol los domingos, universidades caras, platos limpios, cubiertos limpios, platos, cubiertos, comida. comida, al fin y al cabo.
Era domingo por la tarde, el sol se escondia detras del panoramico del coronel, que manejaba justo al limite de velocidad, salia de la ciudad, ¿razones?, no lo sabia, yo solo observaba, luego lo entenderia, ante el se hallaba, el ultimo semaforo de la carretera, era verde, como el cesped, como tus ojos, como la esperanza, como la marihuana, como el olor a manzana, como su camioneta, como sus uniformes, como el.
Cuando aun divisaba el semaforo que le gritaba muy a lo lejos, este, relampagueo, y un tibio amarillo se vio en su bombillo del medio.
El coronel, solto el acelerador, siempre respetuoso de la normas, se preparo para frenar, y ante el, la luz superior del semaforo de torno azul, justo antes de que el coronel apretara el freno, se pregunto en voz alta, a pesar de su soledad, ¿azul?.
Atonito, no supo que hacer, un instinto animal, que siempre acuso las inclinaciones felinas del coronel, hizo, que ante cualquier semaforo que alumbrara azul, este acelerara, el motor rugio ferozmente, se abalanzo contra la carretera, y aumento su velocidad, acusando nuevamente, las inclinaciones felinas del carro del coronel.
El carro cruzo fugazmente el semaforo azul, el semaforo azul, fue violado en su integridad que demanda solo por el hecho de ser semaforo, y de no ser ¨pare¨, porque nadie respeta los pares de la ciudad, como se van a respetar, ¡si no son explicitos!, no significan deteganse, pero tampoco ande, son una especie de¨como que si, como que no¨. Son tibios, no son dicientes, no funcionan, son inutiles.
En fin, volviendo al relato, basicamente, el carro del coronel cruzo un semaforo en azul a toda velocidad. Si no esta usted de acuerdo, recomendaria, releer. O, en su defecto, aprender a hacerlo.
Aqui entra nuestro segundo personaje, llamemoslo, a pesar de su cara de Ricardo, ¨Mario¨.
Mario, era en aquel momento, un soldado razo, sin intenciones, andando siempre en la moto que le prestaba su teniente, se hallaba haciendo un reten despues del semaforo, y observo, obviamente (obviamente, porque si no hubiera observado, ¡como diablos ibamos a hilar la historia!) el carro del coronel, obviando el semaforo.
Revoluciono su moto, y acelero por la carretera rapidamente, haciendo sonar la sirena, era la primera vez que detendria a un vehiculo, se hallaba nervioso, tembloroso, sudoroso, se detuvo al frente del carro del coronel.
El encuentro fue agradable, los dos caballeros se sonrieron mutuamente, a travez del hueco que dejo la ventana que bajo el coronel. Mario, tartamudeo, ¨sssus papapapeles...¨, el coronel, se fijo rapidamente en la cara de ¨Ricardo¨ de Mario, y lo corrigio, ¨Buenos dias, me permite sus papeles, por favor¨.
Despues, el coronel guio noblemente al soldado, quien se hallo cada vez mas en confianza, Mario ignoraba por completo, a quien detenia, he aqui el inconveniente: el coronel habia olvidado su papeles en el closet, justo al lado, de uno de sus tantos uniformes verdes. El soldado quien ahora gozaba de un valor indefinido, producto del previo apoyo del coronel, no tuvo otra opcion, que, arrestar al coronel. Este, sin objecion alguna, fue llevado hasta la estacion, y su carro fue retenido. Una vez, en la celda, mientras esperaba, que su esposa saliera del gimnasio y pagara la fianza, sonrio y se pregunto en voz alta: ¿azul?
Mario, seria despues, un hombre feliz. o al menos, eso el creeria, y tendria en su closet variados uniformes de color verde, con medallas, muchas medallas, cuadros de la policia nacional, agradeciendo sus diez años de servicio, mencion de honor, agradeciendo sus veinte años de servicio, condecoracion a la valentia, tres estrellas, agradeciendo sus treinta años de servicio, general oficial del comando regional, agradeciendo sus cuarenta años de servicio, coronel mayor, agradeciendo sus cincuenta años de servicio, maxima autoridad. Despues de la toma del poder, presidente de la republica. ¿razones? no lo sabia, yo solo observaba, desde mi fria celda, en la que vivo, desde que proteste por la erradicacion del colo rojo en la sociedad, ya van catorce años desde que el dictador Mario Valdez se tomo el poder. Obviamente, porque si no se lo hubiera tomado, ¡como diablos ibamos a hilar la historia!

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