viernes, mayo 01, 2009

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA
FACULTAD DE ECONOMÍA
INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA COMUNIDAD
Pavid Rodriguez Y Daula Ramos
BOGOTÁ, MAYO 1! DE 2009

Reseña: Manifiesto del Partido Comunista


“Si durmiera entre cartones, entre putas y ladrones,
si pasara usted hambre y frio, entendería lo que digo…”

Lucha de clases, declaración, sospechosa afinidad de pensamiento entre un gran número de personas: la mayoría subyugada por la ingeniosa revolución de los creadores de necesidades inexistentes, hijos de la angustiosa modernidad, productores de productos que compran otros productos, superfluos los llamaría Nietzsche, prudentes demagogos, simples pastores que arrían ovejas, pero que en las noches cuando el frio azota, se arropan y frotan con sus tibiecitas cobijas de lana[1].

La tibieza insolente de las clases medias reaccionarias, tristes tejedores de sociedad, hacedores de producciones usurpadas.
Dime quien me lo robo.
Ellos, la acumulación constante, no solo de ganancias, sino también de seres que las producen: seres que tejen las medias de lana.
[2]
Saturación inevitable que desencadena tarde o temprano, quiéranlo o no: en un cambio social.
Crisis continuas y crecientes, contradicciones evidentes, que deben dejar de darse. Por esta razón se va en dirección opuesta al pensamiento revolucionario de la propiedad privada, que a través del mercado abre la posibilidad no a un intercambio, sino a la adquisición y al enajenamiento del trabajo realizado por otro. La cuenta regresiva y el punto de quiebre, en el que no se tolera más, y se retrocede para conservar lo que se realizaba antes. No importan los medios, porque la batalla esta ganada, solo es cuestión de armarse, para hacer del mundo su lugar. Tres, dos, mil ochocientos cuarenta y ocho…

Ruptura.
Que no se genera, que simplemente quedo escrita pero pocos se han encargado de divulgarla, porque no solo basta con saber que ahí esta, sino que es necesario entender en que momento el mundo, por medio de la revolución, dejo de lado su trabajo para hacer propio el de los demás.

…Moriremos al reír, igualados hacia un anhelo nunca establecido, regido, oprimido, sin sentido. Suspicaz.






[1] Burgueses los llamaría Marx.
[2] P-r-o-l-e-t-a-r-i-a-d-o

1 comentario:

Anónimo dijo...

y entonces nos daremos cuenta...