martes, octubre 04, 2011

Maledicat dominus

los imbéciles que ríen en la tierra
han de llorar en el infierno

¿Que nos arrastra como esclavos desde la lejana Roma?
¿a que razón, designio o ser entregaron sus almas los hacedores del derecho?
Guerreros innombrables todos ellos, capaces de canalizar las aguas de los ríos.
¿Cómo no saber de la venganza atroz?
¿Como disimular esa violencia del agua al caer?
¿Que otra cosa cuelga de nuestro cuello si no una horca hecha de misterios vírgenes?
Afuera, llueve.
¿Acaso me resulta placenter0?
Conocerme omnipotente, dueño de las riquezas, del cielo, de la piedad eterna.
¿Acaso no cae con la misma violencia en tierras mas puras?
Pero el cuerpo que corre mojado se llena poco a poco de calor y frío.

A mi me arrastraron a delirios ociosos letras también lejanas.
¿Que cruel perversión arrastro a Levin al asco, cuando tuvo en manos a su hijo?
¿Quien sacrifica con desidia a sus herederos?
¿Quien pone por encima de su propia sangre un ideal?
¿Como disimular lo que por años ha estado a plena luz?
¿Como fingir que todo esto no es más que un engaño?
Podríamos ser fieles a nuestros malignos impulsos.
Podríamos vender nuestra alma al diablo y deambular el universo con poder infinito.
Podríamos... pero Fausto grita de dolor en el infierno.

Vino la calma.
Juiciosos y creyentes salvaron su eternidad al final de sus obras.
Marlowe arriesgado y tremendamente al borde de la tempestad, supo esperar con paciencia el desenlace, de nada le sirvieron los siete pecados capitales. Porque le falto avaricia.
Y Tolstoi, que quemó hasta el último de sus manuscritos corregidos, que solo quizo dejar de sí atónita perfección, no tuvo las agallas, el carisma, la insolencia de quemar el último párrafo de Ana Karenina, en el que entrega su obra a Dios. ¿y nosotros que? Esperamos sin paciencia al artista despiadado, que sufra en carne propia y de su piel hervida en quemaduras nazca la envidia, la plenitud corpórea, el sexo. Esperamos el regreso de aquel que escupió con furia lo demasiado humano.
Quizá esperemos a Cristo pecador y de nuestras plegarias ría una multitud en el purgatorio.
Quizá transformados en cerdos, perros y ancianos nos arrepintamos de nuestro andar profano.
Quizá la política, que ha sabido hacerse lugar pese a su actitud autoritaria entre sotanas y militares.
Quizá... pueda salvarnos de los sarcasmos.

Señor,
me arrastro ante su inmensa misericordia y le pido disculpas por mi negligencia.
por descreerle.
me pregunto y en vano me pretendo desnudo ante su presencia.
¿Quien mas que usted sabe lo que es justo?
Quien mas que usted sabe lo que es bueno o no para mi cuerpo, solo usted sabe lo que realmente necesito y lo que me impongo.
Usted sabe que no estoy trabajando debidamente, que en cambio escribo estas letras insanas.
Usted sabe que quiero corregir aquí y allá como Tolstoi para transmitir algo más conciso.
Usted sabe añoro gloria, pero no tengo tiempo.
Usted sabe que eso último que dije no es más que una cobarde excusa.
Usted sabe del infierno, debe saberlo.

Usted sabe de la leyes, de las condenas y los castigos.
Quiero señor que siga lloviendo y que llueva tan fuerte y con tanta violencia que ninguno de los que estamos acá podamos escapar. Que tengamos que morir en este encierro.
Que se abra la tierra y se trague el palacio de justicia.
Me arrastra una bicicleta todas la mañanas a este mismo infierno.
Señor, sé benevolente.
Haz que ni Satanás pueda apiadarse de nosotros.
Enseñanos a ser santos, como Cieslak.
Señor deja de tentarme, por más que me ilusiones, jamás me desanimaras.
Señor, dejame besarte sin pedirte permiso.


1 comentario:

D'anaC"Lina_Zeug-IrD'V dijo...

Lo más probable, es que Dios ya este encolarizado de tanta suciedad.. pero hablando francamente a veces es mejor encolorizarse para que las cosas salgan ¿MEJOR?.