lunes, julio 20, 2009

Cada vez más bajo, reventaremos, no existe la menor duda.

Vaya que sabes cómo caminar, destrozar calles con tu paso imparable, devorarte enterita la ciudad. Mujer vuelta carretera, bestia de templado cuerpo, cianuro mortal.

Tragabas los grumos de café que se refugiaban en el fondo del pocillo, como hombres sin tiempo, sin lugar, sin escondite, hombres de delgados pasos, amargos trozos de ardiente cafeína y te repetían y te repetían, que te alejaras de ellos, que no los miraras, que nunca entraras en sus casas, que no cruzaras jamás la puerta de un muchacho solo, que aprendieras cuanto pudieras en la escuela.

Tu mente de niña viajo siempre mucho más rápido que la de ellos, ellos se consumían como cera en la misma imagen que habían construido desde que empezaron a morir, imágenes de hombres pudientes, de alta mirada y total indiferencia, imágenes de hombres falsos, hombres corrompidos por la falta de prohibida corrupción, entonces saliste disparada por la ventana y dejaste sonando eterna en la radio la misma canción, sí que eres larga, músculos tensionados por el deseo, arterias que bombean a todo motor tu corazoncito, raptaste la huida de un muchacho en silencio, silenciado mejor, te detuviste en el andén sin que nadie lo notara demasiado y con esa sutileza tuya llenaste el cemento de tachuelas, para que se chuzaran las señoras distinguidas, los dueños de las firmas, ¡oh el tan nombrado capital atacando nuevamente! La viste caminar decidida con cierta extraña pereza que atenazo entre su inmovilidad, perturbada viste pasar a la profe con una veintena de niños que la seguían perdiéndola, distraídos, distracción divina, arma invicta de la niñez ante la señora gorda, si que aprendiste a odiarla, si que le llenaste los zapatos de dolor cuando paso despreocupada por el andén, esa diva untada con asco, cortada inminente o negación.

Tienes los zapatos llenos de greda, las manos todas enmelocotadas con dulce que no aprendiste a tener quieto en la boca.

Sumergete, respira mientras puedas, suda hasta no poder hacerlo mas, no soportes mas, estalla...

Pero nunca dejes de besarme, jamas te lo rogaria...


Porque no quiso ser estatua de sal
le llamaban todos "culo inquieto",
aparentaba ser un tipo normal
pero guardaba un secreto.

Cuando a los cínicos les dió por rezar
él le puso a Satán una vela,
aprendió todo lo que hay que olvidar
y se escapó de la escuela.

Y por llamarle tanto pan al pan
y al vino vino
la gente bien pensaba mal
y decían por la acera del casino
que si tal que si cual
pero a él le daba igual.

Porque gritaba cuando había que callar
le llamaban todos "aguafiestas"
dormía todo lo que había que soñar
sin perdonar una siesta.

Y, aunque nadie daba un duro por él
se volcaba tanto en los detalles
que sin llegar a nada llegó a ser
el capitán de su calle.

Pero en el barrio había un general
que para colmo
lo vió salir de noche a probar
a buscarle tres patas
a las gatas
y dos peras al olmo
para merendar.

Porque sabía
que la verdad desnuda
guarda oculta detrás de la corteza
el hueso de cereza
de una duda.

Y se reía
con la melancolía
que le da la razón a la tristeza
cuando los labios pierden la cabeza.

Porque no sabía vivir sin besar
le llamaban todos "picha brava"
pero él besaba para recuperar
los besos que le faltaban.

Y, aunque la muerte le aterraba pensó
que si la pálida dama llegaba
no desperdiciaría la ocasión
de ver qué tal besaba.

Y, por burlarse de lo más sagrado,
los del juzgado
empapelaron al capitán
y le echaron cinco mil años y un día
paque aprenda a cantar
en la mazmorra fría.

Porque sabía
que la verdad desnuda
guarda oculta detrás de la corteza
el hueso de cereza
de una duda.

Y se reía
con la melancolía
que le da la razón a la tristeza
cuando los labios pierden la cabeza.

DONT STOP.
SAY NO MORE and more and more


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