domingo, mayo 30, 2010

orto

Dos hombres sentados a la misma mesa no cesaban de hablar.
Ninguno de los dos hombres escuchaba al otro.
No escuchamos cuando “valoramos” la idea del otro, el otro es cuerpo, yo soy cuerpo ¿valoro el cuerpo del otro? ¿Le doy valor? ¿Cuánto vale el otro? escuchamos solo cuando cuestionamos lo que sabemos y lo que no, cuando jugamos, cuando no pretendemos dar valor al otro, cuando no lo calificamos, todo surge desde ser par del otro, soy par cuando no estoy por encima ni por debajo. Estos dos hombres ya tenían demasiados nombres, demasiados números, tenían ya que responder socialmente por una imagen que se habían adjudicado con cada nueva velita que soplaron para desear insatisfechos poder rejuvenecerse alguna vez, con cada título que colgaron en la pared, con cada grito a cada niño y con cada golpe a cada perro, pero ojo porque nadie tiene demasiado de viejo como para que no pueda volver A ESCUCHAR. Nadie, por ahora.
Inmóviles en ideas y en cuerpo, los hombres disgustaron al tiempo por más de veinte minutos, hasta que uno de los dos se dispuso a abandonar el lugar.
Pero el otro cae en cuenta y le dice:
- Señor, disculpe. Me percato de que en nuestra charla hicieron falta algunos pequeños detalles, me refiero usted sabe, a los aspectos económicos.
El otro no se inmuta, le responde a secas:
- ¿Cuánto quiere?
- No hay porque alterarnos señor, sin duda todo se resolverá con buenos términos, lo que quiero decir es que no solo se trata de cuanto quiero yo…
- ¿Cu-an-to qui-e-re? imbecil…
- No creo que me este entendiendo, me explico, tengo ciertas responsabilidades, verá tendré un hijo en algunos meses, necesito cierto dinero por adelantado.
El otro da el papel con los ceros y el uno.
Nadie quiere saber más del asunto.
Los hombres se veían obligados a olerse los perfumes asquerosos aunque no quisieran.
Detestaban al otro, morían convencidos de que su perfume era mejor.
Todos quieren saber mas del dinero


LOS DOS HOMBRES NUNCA SE SENTARON A LA MISMA MESA.
LOS DOS HOMBRES SIEMPRE FUERON A LA MISMA MISA.
NINGUNO ORó
Oro oro.
OTRO?

No hay comentarios.: