martes, junio 08, 2010

– ¿Tenés una mirada crítica hacia el último tramo de tu obra?
–No con los discos, ojo. A mí me gustan los discos. Estaba un poco loco, pero grababa de puta madre.

En México todo estuvo donde debía estar.
Los cadáveres conectados permanente-mente.
Esta semana, Internet decía que Charly García se había bajado los pantalones en México, tal como lo hizo en Atenas allá por enero de 1984. Pero si bien en el club griego mostró los genitales, en México se dijo que exhibió el trasero.


Reventó el cristal contra la orilla del fregadero. Violeta ardió a la par que su antebrazo cortado, el olor a sangre fresca, dolor había, siempre lo hay. Lo habrá, pero está bien. Estaremos bien, no lo supongo, no lo espero. Química pura. Engendrar para hacer salir del cuerpo propio. Mayor herencia jamás se contendrá en papel. Simple y llana genética. Cuerpo que salta del cuero.
Violeta salto con vista y olfato hacia su “propio cuero” magullado por el cristal, algún momento después, resonó la losa rota y su abuela gritó.
Niña, si serás bruta, no te hagas daño. NO te arruines la piel, tienes que tener mas cuidado. Una niña linda como tu, no puede tener los brazos todos cortados. ¡No! ¿Cómo va a ser eso?
La vieja alzó a la niña de la banca y la aterrizo presurosa en el piso, antes de escuchar la otra orden, la niña corrió hasta el living y devoró perpleja, llena de ansias, un tablero de ajedrez y fichas regadas sobre la mesa, incluso en el piso. Una torre blanca inexistía, el ultimo peón era mordisqueado con placer severo por Salvia. La niña intenta tocar la ficha en el hocico de la bestia, esta responde instintivamente y muerde a la mano en la niña, advirtiéndole.
La fiera olvida a la vieja y su cuerpo subyugado, sus glándulas adrenalinicas riegan euforia indomable vuelta sustancia por sus venas, su cuerpo se agudiza. Ágil movimiento, golpe al último peón. La pieza vuela de la boca de Salvia hasta el tapete, los dos animales se arrojan velozmente por el suelo. La vieja transita por allí y su cuerpo subyugado es arremetido por la juventud animal y el impulso de su choque, la vieja cae al piso con la mente enferma. Ahora si, ocho u once platos se estrellan contra el piso haciéndose añicos. Instante. Silencio. Contacto Visual. La vieja se desprende por las pupilas, venganza. Los animales rehúyen atravesando el pasillo hasta encontrar refugio en el cuarto de al lado. Ferocidad infantil que escapa a la formación. Ferocidad infantil que no cree eso de que no tiene forma. Ferocidad infantil que DEFORMA la escuela.
Cuentan algunos curiosos que transitaban por casualidad aquella transversal entre el espacio tiempo, que al cerrarse la puerta tras la huida, la vieja prorrumpió en gritos desesperados:
Hija de Puta. Vas a tener que salir de ahí, perra maldita. Algún día te atrapare y vas a sentir mi mano que impone sin temor su ley. Sal ya, Perra. No te hare daño, lo juro.
Salvia y Violeta se miraron entre si. Calladas y conteniendo la respiración. Estallaron en una violenta carcajada, supieron que tendrían que abrir la puerta y enfrentar la adultez testaruda, su violencia, sus excesos. Eso no las preocupo, escucharon cualquier cosa que les dijo la vieja. Rieron en secreto, eran cómplices en un mundo de animales avergonzados que dejaron de reír, y creen que los animales no pueden hacerlo.

Solo importaban a La vieja cristal y fregadero.

2 comentarios:

Cinele dijo...

me agrada como escribes

Anónimo dijo...

sI SABE DE UNA COSAS QUE NI UNA SABE QUE SABÍA