viernes, diciembre 14, 2012

carta al amazonas


Gato, tu que te desprendes por voluntad propia y fuerza maternal en los impulsos más bestiales de  la selva.

a ti,
del resentiment
 ahí te van muchas preguntas,
¿acaso regresamos a los hombros de nuestros amigos cuando ya no pueden caer nuestras lágrimas en ningún otro lugar, cuando ya todos los sitios rechazan con hastío el reposo sollozante de nuestro orgullo, o al contrario, los enaltecemos con ese mismo orgullo desnudo que busca refugio en su fuerza, en su temple, que es también el nuestro, por esto valen más las lagrimas cuando no se suelen derramar, valen más los golpes que no son costumbre, y que por esto somos amigos, porque nuestros egos se sulfuran mutuamente? ¿que queda después de la noche? al día no regresa tranquila la musa del tiempo, en el aire queda casi omnipresente el espíritu de la noche que se fue. ¿no nace la dignidad y la idea de dignidad -esto para evitar discusiones de amor platónico- precisamente de asumir y percibir a toda costa, cosas indignas, seres u objetos que no podemos dejar pasar desapercibidos sin cuestionarnos profundamente nuestro papel higiénico en la sociedad, así como quién lo recoge? ¿no es sano el deseo de alterar nuestro destino y con el, la sociedad sobre la cual lo viviremos? ¿nunca lo previste Santiago, el enfrentamiento inherente y necesario con el cual lucha quien huye de su casa, de su clase, debiste anticiparte a esto, como mitigar el resentimiento de quien te envidia insaciablemente y quiere hacerte daño? ¿no es justo el socialismo Santiago? ¿es que dudas que somos todos iguales? ¿pretendes legitimar también las desigualdades Santiago? ¿te crees más bello, mas concreto y contundente que alguien pero te da miedo demostrarlo?
  para llorar sobre un amigo este tiene que estar de pie, entero en su más resuelto valor expandido, si yace caído, solo la sed de envidia y venganza pueden corroer nuestras venas que fueron suyas, envidia pues nuestro amigo corrió de alguna manera, hacía su muerte, pero corrió, con todas sus fuerzas, con todas las nuestras. venganza... pues en ambos casos lo que persiste es una fuerza iracunda e incontenible que se abalanza sobre otros que por resultar más débiles no resultan menos rencorosos.

¿es que tengo el egoísmo y la avaricia de ocuparte -en tiempo, por los menos- de asuntos que no son tuyos, de parpadeos y gritos que no te corresponden, o acaso pretendo -no menos egoísta- extirpar de ti reacciones, vivencias, canciones, que cuando salten al aire impulsadas por una fiera hambrienta tan tuya, como mía, como de todos los seres, y se revuelquen en hojas que son del viento sobre las cabezas, no serán ya tuyas, ni mías, ni nuestras?

Son todas de él porque hasta en la muerte las mueve.
cortan por igual, matan por igual, atan y azotan, encierran y liberan
a la vida sangrienta o a la muerte libre...
en los filos de los cuchillos como en las hojas de la ley austera,
pero se necesita más valor para correr en contra de la plebe que se atropella en los mohosos escritorios llenos de polvo de los dueños de la ley y los cuchillos.
espera su dinero.
aunque lo robe o lo consiga legítimamente, espera su dinero y también lo espera sentado al escritorio.

por eso te escribo desde el piso.



No hay comentarios.: