viernes, diciembre 21, 2012

Por el bien de nuestros hijos

Santiaguito cruzó la línea primero, lo subieron al escalón más alto, por encima de los otros niños, de su cuello colgaba una medalla que por supuesto no era de oro, ni más faltaba, pero lo simbolizaba como la sangre de cristo y el vino justo a pasar la meta antes que todos, para colmo, dio un bote antes de cruzar la raya lo que le ayudó a hacer su teatro y fingir ahogarse solo para ser más admirado, más odiado, más socorrido. 
Santiaguito empezó a creerse más que lo demás, tampoco tenía la culpa si lo era, ganaba carrera tras carrera, y le celebraban, bueno, le celebrábamos porque tengo que reconocer que yo también lo alcahuetié más de un capricho, desde bebe mimado y consentido, le llenábamos el cuello de medallas que pesaban, Dios me perdone: no sabría cuanto. Alguna vez perdió alguna... carrera, porque las medallas se las colgaba yo en la pared, hubo que sacar los libros, mejor que se enfoque en los temas del colegio y no que empiece a pensar cosas raras... perdidas algunas carreras se dio cuenta que pesaban más las medallas cuando no se era superior, cuando no se gana, cuando se es de plata o peor, perder lo aturdió pero rápidamente, tal cual corría, halló alguna justificación lógica a su infortunio, que no podía ser otra cosa sino eso: una desventura, un error de cálculo en los planes milimétricos de Dios ¿acaso no son para eso los deportes: demostrarnos cual hombre es superior a los demás? ¡Cuál hombre se eleva sobre los otros para acercarse más a Dios! e inmediatamente después pero no por eso menos inferiores: se elevan y se celebran las competencias femeninas, tan perspicaces los hijos de puta, se percatan muy tarde del doble sentido, hay algunos más rápidos que otros... se las arreglaron para domesticarlo, eso agradezco a los jesuitas, si tan solo pudieran hablarle ahorita... si lo persuadieran de que... a su espalda amarraron la carga de ser siempre acolitado, le hicieron creer que por ser diferente, ultra normal, podrían permitirle hacer muchas cosas que para los demás eran posibles, más escalones cerca del cielo, más medallas al cuello, peso al pecho y la mirada humilde que mira al piso no solo al rezar sino siempre: piadoso. Santiaguito era humilde por compasión, casi por sublevación, caminaba como Cristo hacía su muerte, le gustaba que lo miraran... llevando su cruz a cuestas con la fuerza de un dolor que resultaba placentero, la gente se lo hacía creer al mesías, se lo hacía sentir, pero los beneficios fueron perdiendo su valor, se fueron agotando paulatinamente, ¿no resultan útiles también los deportes para medir en qué momento claudican las energías vitales de los hombres? ¿no resultan inútiles en algún momento los hombres? e inmediatamente después pero no por ser menos... ¡la muerte! ...ya habrá tiempo para las mujeres... y por sus mismas condiciones, por su fiereza, por sus características excepcionales conviene canalizar todas esas energías, condensarlas, dirigirlas: mejor y más adecuado resulta corregir al cuerpo en las edades tempranas, el resentimiento es menor, los niños olvidan pronto, echan cosas encima de sus recuerdos, corren hacía al olvido, como todos, vaya uno a saber si lloran... se corre más rápido cuando se tiene más miedo, el respeto se gana no se pide, como se gana todo en la vida y los errores se pagan con plata... y el tiempo pasa por debajo de la puerta a diario y la gente lo lee y el espectador no es otro periódico sino un libro para mujeres superiores, Santiaguito resulto tarea fácil: casi que se reprimía solito, tan lindo: para no ser castigado. ¡Una hermosura!

!Santiaguito cruzó los límites y ya fue suficiente! No podemos continuar con esta situación.
Se le pidió que escribiera sus sensaciones e intenciones en una hoja de papel, a lo cual tan sólo respondió riendo:
-suena tan solo un disco de Charly, yo sólo copio la letra, !que divertido y curioso cuando uno esta escribiendo y suena solo música de Charly y uno la puede poner ahí y casa o caza y lo hace perfectamente

él siente culpa, él vive torturado, él nunca avanza camina de costado, él tiene miedo a la gente
es parte de la religión
ella se desnuda y se desviste tan lésbicamente que no puedo dejar de sonreír
todo se construye y se destruye tan rápidamente que no puedo dejar de sonreír
es parte de la religión matar, es parte de la religión mentir.

yo se que un día ya no habrá perdón
yo sé que un día no habrá confusión

porque si confías en mí: todo estará siempre...
me vas a hacer feliz.

Santiaguito no se esta tomando nada en serio, ni siquiera su tratamiento que recomendó el médico: las pastillas de la noche, a Santiaguito parece que no le importara ser un hombre importante.

Santiaguito se ha ido complicando poco a poco, parece ahogarse en el agua de su reflejo ¿o en el reflejo de su agua? bueno, que más da, eso no importa, esos detalles minúsculos que van a importar, lo malo es que dejó el deporte y ahora fuma marihuana, estudia teatro y se anda abriendo la cadera todas las noches ¡todas! lee una novela de Eduardo Caballero Calderón que pone en duda grandes principios morales que se la han inculcado desde cría, además escribe hasta muy tarde vaya uno a saber en qué estado de mente, para colmo, nunca sobre sus clases, nunca lo que propone, nunca lo que pretende, siempre se quedan sus apuntes sobre la mesa, desordenados, como su vida, como su muerte: palabras regadas sin ningún orden, ni con la más ingenua de todas podría aunque quisiera ocultar algo...

sus palabras no ocultan nada. se les debe dar un solo sentido, el primero que venga a la menta, no se deben escudriñar en busca de senderos que se bifurcan, eso no se puede: el camino del bien no se bifurca. 

su columna últimamente parece estirarse más de lo normal, es extraño, parece un animal: su cuello crece y ya no tiene medallas colgadas, es preciso actuar a tiempo, me preocupa que se pierda en la droga, cada movimiento debe ser plenamente voluntario, lo demás: es innecesario, se le ha visto por ahí con una máscara, juega con ella como si tuviera alma, la máscara digo... porque el pareciera no tenerla... como si no distinguiera racionalmente los espacios y conductas apropiadas, como si se le hubiera olvidado lo cobarde que era y que no era capaz de pelear con nadie, es que los niños olvidan pronto. Santiaguito se echó a perder: pareciera no importarle ya cruzar primero, pero lo que más me duele es esa desidia con la que responde cuando le pido que sólo escriba.


Señor, tu que todo lo puedes y que reinas eternamente en lo más alto, apiádate de mí, agacha tu mirada para escuchar a esta hija tuya que te implora de rodillas, soy una madre desesperada, ten consideración, sácame a Santiaguito de los malos pasos. Señor tu serás sabio respecto a qué camino hacerlo tomar por obligación... tuya como Dios que eres Señor, si me pides mi opinión humildemente Señor porque sé que de todos modos tu todo lo escuchas: preferiría que lo llevarás por la senda del deporte y cuando se jubilara que mejor que estudie sus derechos en la escuela judicial, los que le quedarán después de los años de gloria en el atletismo y la alta competencia, Señor tu que todo lo puedes y que nunca has negado nada a los hijos de tu iglesia, Dios Altísimo, a ti encomiendo mi plegaria, mi ruego impetuoso en tus manos misericordiosas confío Señor.



Sé que tu no me defraudaras Señor, como lo hizo santiaguito... 
maldito seas,

tu no... Señor.


3 comentarios:

D'anaC"Lina_Zeug-IrD'V dijo...

socorrido, solo, demostrarnos, puta,solo, ser diferente, ultra normal,solo Charly: El siente culpa,
el vive torturado
el no es tan inteligente
el nunca avanza,
camina de costado,
el tiene miedo a su mente.
Hombre...
Santiaguito que buen texto, ojalá dios te oiga... gloria al padre al hijo y al espiritu santooo.....

Jauhn Jessó Xappattha Phreanko dijo...


"El tiempo es un rio, cuyo manantial se encuentra en el pasado eterno y desemboca en el futuro infinito". Borges

Viene con toda la fuerza, alimentada por afluentes, cargando rocas y rompiendo montañas, pasando estrechos y formando valles. A veces nos traga o salimos a flote, lo único cierto es que sigue su cauce, imposible detener o devolver y al mismo tiempo permanece para siempre, resonando en la memoria.

what´s next for Santiaguito?

Otter dijo...

El lamento tiene que tener en cuenta que lo que siempre se quiso fue estrellarse de frente contra el mundo y por lo tanto triunfo.