martes, enero 29, 2013

día de cada pan

Al niño lo obligan a comer, lo amenazan y le dicen que si no se come todo no habrá juego.
Al juego lo satanizan, lo llenan de pecado y lo hacen insensato.
Al insensato lo tildan de infame e infantil, lo acusan de apostar y perder todo su dinero.
Al dinero lo desean, lo quieren cerca, lo buscan y lo aglomeran, lo esconden y con él compran alimento.
Al alimento lo devoran y unos cuantos lo vomitan, se almacena bajo forma grasa en el estómago.
Al estómago le atraviesan la carne y los órganos que guarda con un frío puñal.
Al puñal lo empuña un niño que lo toma como juego porque no se quiere comer lo que le sirven en la mesa.  

1 comentario:

David dijo...

siete líneas capitales