miércoles, enero 23, 2013

Engels Sobre Ruedas

"...you told it´s the institution, well you know, you better free your mind instead."

cuando los músculos no dan más, cuando tenemos que usar la menor cantidad de energía, cuando las articulaciones están a reventar, cuando no puedo más, tengo que seguir jugando.
horas de adrenalina y aceleración, piques cortos en la dura roca, no es lo mismo pavimento que concreto, el prado es suave, blando, como las camas con colchón, como los motores fuertes, potenciable, aunque suele crecer irregularmente, en Brasil, esa tierra que poco conocemos, pero que conocen nuestros más cercanos amigos, cortan algo de selva para crear campos de fútbol ¿quién habrá pateado por primera vez un coco? ¿quién habrá talado por primera vez una palma de cocos? ¿quién habrá reemplazado las palmas por un grito de gol?
cuando tu cuerpo está a tope, debes otra vez aprender a caminar, tus piernas no tienen fuerza, tus muslos tiemblan, tus pantorrillas no te sostienen, tus tobillos flaquean pero tus plantas reciben el peso con tenacidad, casi con orgullo, no te atan a la tierra, te enraízan a su masa móvil, enorme, caliente, tan inflamable como ese cuerpo tuyo que se prende.
Hay Juego en el 23.
la relajación, el estado de la calma, te hace perceptivo, volátil, le devuelve a tus orgasmos esa combustión perdida, te vulnera, te exprime para seas alimento, para que con tu sudor sales: el mundo.
el partido era contra los chicos del barrio de abajo, apostamos para no cobrarles, queríamos instantes de gloria, agua instantánea para nuestra sed, nos esperaban, querían salir a contra-golpear, pretendían ser más letales que nosotros, empezó reñido, pero poco a poco se fueron muriendo y no crean... nosotros también, por eso músculos vibrantes agudos y brillantes se hicieron también bajos morenos y largos.
los fuimos sacando como a una niña que no se quiere dejar tocar en una fiesta: tocándola más, suavecito, sin que lo note, que su cuerpo haga el trabajo de sentir mientras ella baila vuela y cae.
fueron saliendo de debajo del arco.
indecisión es muerte, mala muerte, insatisfecha, ahogada, violada.
temple de los músculos en el instante antes del impacto, como peleando, como cantando, como tocando.
como jugando a las cartas.
apostar y tocar y matar.
proteger el balón, este cuerpo nuestro hecho hacía adentro para ser abierto, para recoger, para que nada escape, hasta que empecé a rechazar por pura naturaleza, porque las cosas no me sabían tan bien, ni los sabores, ni los balones, ni lo chicos del barrio de abajo.
por eso les ganamos.
les dimos sopa y seco.
los mandamos a guardar y nadie los pudo recoger.
mandamos en el barrio.
en la cancha de roca dura.
no apuntamos a nada, ni escribiendo, ni con un arma empuñada que nos cierra la palma de la mano en un acto de poder altivo, que nos hace más grandes, como las plantas, pero más viejos, como los chicos del barrio de abajo.
les quedo plana y simétrica la cancha del barrio, dicen que la simetría esconde a la muerte.
los puños cerrados, la hombría.

¿la hombría? 
se me caga de la risa y apoya su peso entero sobre mi coronilla.
sineto mi columna vertebral sufrir, soportar, ceder.

mujeres de fuego, a ellas.
no a todas.
a dos que se me confunden.

el cuerpo esta hecho para dentro, para proteger interponiendo el cuerpo, con fuerza, con fiereza precisa, certera y contundente, calma pero acechando callada el momento de máxima tenacidad.
yo no tengo pistolas.
cortan más los filos de las hojas que el metal, por eso no les cobramos a los del barrio de abajo por todo lo que les hicimos, por todo lo que les mandamos hacer.

no era cuestión de plata.
el balón se protege interponiendo el cuerpo.
¿la familia?
¿el origen?
   

1 comentario:

David dijo...

les mandamos a pavimentar la cancha a los chicos del barrio de abajo...
los aplaudimos con nuestras palmas que les mandamos a cortar después.
...palmas.
se me cae el coco