lunes, abril 25, 2011

GOD

Entrenar el músculo de la memoria, hacerlo jugarse mientras el cuerpo esta completamente relajado, se multiplican los focos de atención que percibimos, nuestros sentidos sabran como por instinto dirigir, ser amos y dueños de nuestro cuerpo. Entrenar la memoria para agotar la razón, extirparla.
Otra mañana, otro sol naciente, otra misma forma de vestir como todos los días.
¿Que tanto escogemos la ropa que nos viste?
¿Que tanto somos nosotros?
¿Que tanto somos?
¡No soy yo! Pero tengo encima prendas de seda o de hierro que cubren mi desnudez.
Desprendí cada una de las cosas que cubrieron mi cuerpo, cuando las sacaba de mi cabeza, de mi tronco, de mis piernas sentía que tambien dejaba a un lado cosas que me ataban. Vestimos cadenas que nos protegen del frio. Ante ella fui desnudandome poco a poco, como excarvandome las visceras, urgando en ellas para encontrar algo de mi, quisiera poder empezar a conocerme un poco. Despojarme de cualquier resquicio de vanidad (Cosa que ahora me resulta practicamente imposible). Ella observando y escuchando su instinto que con ferocidad domina su cuerpo, advertía en mi: tensiones, buscaba en lo que queda de mi cuerpo las formas de contención en las que me he refugiado para sostener una imagen social que ahora empieza a atormentarme. Ella percibió una fuerza que apliqué sobre mi espalda en algún momento de mi niñez como método de protección. Deseo protegerme para no volver a recibir golpes (cosa que tambien resulta casi imposible) huyendo atemorizado del dolor, escapando pero no del dolor físico. Si nuestro cuerpo no sintiera dolor valdría más desaparecer, el dolor que más nos duele es el que no puede dolernos en la piel. Deseo ahora ese dolor incesante, infantil. Deseo entregarme plenamente a mi dolor. ¡Como rehuyo de mi dolor físico! Lo que siente mi cuerpo no debe escandalizarme. No puede, pero siempre lo hace. No me atrevo a volver a negar que somos seres salvajes. ¿Como sentirme culpable por mi naturaleza? ¡Como creer que el celibato no altera y cohibe el cuerpo, produciendo comportamientos sexuales represivos! ¡Como creer que Dios no podía prever una maldita violación! ¡Como los hijos de perra hacen sentir a niños que su cuerpo es cochino, sucio, que sus impulsos son tentaciones de demonios! ¿Porque nos convencemos de que es normal un mundo trastornado? Pero mamá sigue conforme, llevando a los niños a la escuela todas las mañanas. Esas palabras, que suelen denominar lo "bueno", que establecen una diferenciación entre lo positivo y lo negativo, como si pudiera tratarse solo de fronteras, esas palabras que determinan el bien, son bastante peligrosas. Queria protegerme de ellas cuando hice una giba en mi. Cuando agaché la frente, no queriendo lucir orgulloso, ahora sé que no miraba a los ojos porque me daba verguenza. De niño quise proteger mi sexo, porque confié en los adultos, lo que más me duele es que aún lo hago, aún sigo confiandoles a ellos mi cuerpo, aún pretendo desnudarme y esperar con ingenuidad su sinceridad tambien, no es ilógico, es estupido, por eso decidí no exponer más el bajo vientre y por eso clavé mi mirada al piso, tensioné mis hombros hacia adelante para protegerme, como si cerrando mi pecho evitara los golpes que tienen aún deparados para mi, por eso anulé mi columna vertebral, se trataba un poco de protegerse en un encierro. Transformé mi cuerpo en la carcel de mis instintos, un lugar de donde no puedan salir. Ellos bloquean mis instintos. Un cuerpo cerrado cierra cualquier camino adonde el espíritu quiera ir. ¿Para que los altos templos? Si cuando la gente entra a las iglesias siempre anda con la mirada hacia abajo. Se sienten arrepentidos de su cuerpo. Si el espíritu existe, no existe como energía inmaterial que no forma parte del cuerpo. La razón, lo sagrado, lo espiritual son concebidos como algo extracorporal. No estamos satisfechos porque nuestro cuerpo fue cerrado en algún momento, por eso buscamos la perfección por fuera de él, confiamos en el pensamiento, creemos que podemos interactuar sanamente con otros pensamientos, olvidamos que el cuerpo duele y es placentero a la vez, olvidamos su violencia. Un cuerpo vivo se escurre en el tiempo: se mueve o esta quieto, pero se escurre. Las sensaciones resultan inalcanzables para el tiempo, se pierden de la eternidad (aquella utopía, tambien demasiado humana). Las reacciones instintivas surgen de lo indeterminado, de un estado de alerta para ser efímeras. Una piedra cae al oceano, el agua que salpica es como un instinto: fugaz, repentino, instantaneo, mojado. la piedra se desvanece hacia el fondo, pero deja una corriente con alguna fuerza hacia algún lugar, como si el mar nunca olvidara el golpe de la piedra, todos los golpes que recibe el mar lo afectan, su marea poderosa no ignora nada de lo que toca, termina siendo la piedra tambien parte del mar. Lo efímero afecta más que lo escrito, pues lo efímero es sentido por el cuerpo, pero lo escrito puede tambien ser efímero, del mismo modo podemos escribir algo efímero. Olvidamos que de niños nos trataron con violencia y por eso añoramos protegernos. Noté que mi voz se bloqueaba, que tenia que tensionar mi garganta para hablar, que no podía gritar con toda mi voz sin lastimarme. Mi cuerpo cerraba su energía, agachar la mirada es tambien dejar de ver, confiar excesivamente en lo que se nos dice, resignarse a escuchar. La Escucha es desprenderse de esa vanidad que se trepa en mi espalda, quien escucha esta renunciando por un momento a su ego, sacrificandolo instantaneamente por el otro. Escuchar es revolución siempre que no sea el resultado de una resignación. dudo que escuche quien se resigna a escuchar. Dudo que el agua del mar no este inconforme atada a su boveda. Me doy cuenta que habia inclinado el tronco hacia atras en busca de la vista del horizonte, mi espalda se tensionaba aún mas, la apariencia de la giba desaparecia porque desde la cadera me arqueaba hacia atras. Supongo que busque eso para alejarme un poco de las cosas, como bailando sin querer besar ¿Como llegamos a creer que el mundo es un mapa de paises? Quizá ellos hablaron de fronteras para poder excluirse. Hablaron de belleza para poder dominar la fealdad. A mi quiere parecerme todo un olvido, olvido mientras aprehendo de memoria el cuento de Funes, me abstraigo del trabajo, del derecho, de la gente que piensa para bailar. Yo bailo sobre al agua del mar, mis pies son intocables.

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