domingo, abril 10, 2011

No queda más que nieve.
Entraba al sueño de Andersen con mi mejor amigo. Eugenio Barba me miró y se dibujó en su cara una sonrisa, me tocó la espalda, con una leve presión me hizo caminar hacia adelante.
-Hasta el fondo- me dijo.
-Más al fondo- le dijo a Flora.
Lo que pueda escribir sobre lo que viví alla adentro.
Flora no vió más sus manos y pensó que asi era la muerte.
Ellos esperan que nadie los ame en secreto.
Son tan despiadados consigo mismos que en el otro solo perciben algo que escuchar.
El sabe que somos tan efímeros como la nieve.

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