"no es el demonio que te pintan, pero tampoco un lecho de rosas".

Solo y sin camisa, esta, colgaba roja y eterna en la tiranta del morral que azotaba la espalda, lejos ya de la algarabia que revento esporadicamente despues de los noventa tensionantes minutos.

En la mano izquierda, mira como da vueltas el mundo, ya no tu fotografia. En la otra ya no una botella de Aguardiente Antioqueño, nunca mas.

La ciudad embriagante que se riega como mile densa en el Valle de Aburra se hundia lentamente, el acento paisa se silenciaba lagrimoso y humedo. El mapa nos habia arrojado un poco mas al sur, San Fernando fue nuestro Eden, gritos, banderas. Yo creo que me lo soñe. Perdido, en el fondo de la felicidad unica y pura que me invadia desde las narices hasta arriba de los testiculos, las piernas no, ellas ya caian satisfechas en el hecho incambiable de caminar por la carretera cargando un muchacho llevado al extremo por la emocion momentanea e interminable, que solo brinda, como bien sabe brindar, el opio del pueblo.

Siniestra, carburando, el hongo de humo que revoloteaba alegre en cada plon. Diestra, la que quemada tuvo que renacer con un poco mas de pelos donde no deberian nacer. La botella claro, pero de Blanco del Valle, tan solo por hablar de cambios, de los que se fueron, de los que nos vamos, de los que no volveran. La felicidad no podria ser eterna, en ese caso no seria felicidad, la perfeccion es aburrida, no me canso de decirlo, necesitamos crisis, sufrir, fuimos hechos para eso, quedar lisiados de corazon, llorar, reir, brindar algunas veces, refugiarse los viernes en la noche tras los abismos del alcohol y alguna droga nueva que queramos probar. La felicidad es momentanea, o quiza no existe, eso la hace placentera, como cuando la pruebas. NO estas seguro. Depronto, la magia de la inseguridad, pero atravesandote, apoteosica, la curiosidad, las ganas de buscar mas, por supuesto, mato al gato, yo sigo caminando sigiloso, los pasillos vacios de la juventud precoz, no me arrepiento, jamas lo hare, vivir tres segundos de pitazo final justifican, no solo seis años de espera y de mallas intactas ante la ausencia del grito divino. Sino que justificaran cualquier desplante, cualquier adiccion, yo soy adicto a lo momentaneo, nunca retornar, sonreir, pues se vivio, seguir desfalleciendo lento, por supuesto, mato al gato,pero acaso... ya olvidaste que tienen nueve vidas?

Descubrir que si nadie te entiende eres intocable, pero yo no quiero ser intocable, yo quiero tocarte, resbalarme en tus pieles, corromperte, verte fragil, desarmarte. desarmarme.

Seven seas of rhye.

Llegar caminando, con la brisa fria de las tardes moviles, salir, cansado, consumido por completo, sin aire, como vil colilla arrojado al suelo, caminar solo, sin camisa, cruzar las avenidas vacias.

No me robes hermano, es un inutil walkman de jamon y queso.

Pero volver, roll over Almodovar, grande.

Porque?

soy adicto a ti, dont stop me now.

No se puede decir que la estamos pasando mal no?

Gloria siempre a la eterna juventud, que es eterna porque es pasajera.

Quiza de Cali a Palmira, quiza bordeando el Simon Bolivar. Borracho, con conejitos de Cirrosis que masajean cruelmente mi higado, ya veras cuando seas viejo, la vida pasa la cuenta.

Pero a los conejos no los matan los gatos.

Los asan unas criaturas extrañas, las mismas que patean balones en campos de pasto rectangulares.

Las alegrias de la eterna estupidez.