viernes, noviembre 30, 2012

Ego protestante ¿reforma?

muchas veces me pregunto ¿que estamos haciendo acá?
dejo de pensar y veo que al final
                                                 siempre estarás
                                                 siempre estarás en mi.

literalmente es viernes 3am, no tengo necesidad de mentirme, al menos no respecto a la hora en este maldito computador, me cuesta que esto sea un computador, me cuesta que arriba de lo que escribo hay un botón naranja con la palabra publicar, como prostituyéndome, como riendo de mi, de mis palabras que no existen, más que errores, son actos indiferentes, por más que uno se ensimisme y se esconda la noción de ser percibido y de percibir resulta placentera, todo lo que se ha escrito, codificado, parte de la presunción de que podemos comunicarnos, lo cual es casi un acto de confianza ciega ¿podemos estar seguros de lo que alguien nos dice, de lo que siente? por más palabras y gestos externos que nos lo afirman casi autoritarios, creo que escuchar, poner la propia identidad en desequilibrio para realmente ponerse en los zapatos de otro resulta atroz, infinito, irremediablemente autodestructivo.
escribo en casa de mamá y no quiero que ella escuche el teclado tan tarde, podría despertarse y venir.
-¿que te aleja del sueño? ¿porque alejarse? ¿te aleja?
el oficio del actor esta en permanente desintegración, por más humildad que se recoja del río  no deja de resultar un acto ególatra, por más humilde que pueda ser, me paro en un escenario y altero la percepción de un público sin importar cuán aburrido   pueda estar, hoy juan me dijo que el estado del aburrimiento es lo que pone la cabeza a trabajar, por eso el silencio antes de la música, la espera enardece la comunión.
y sin embargo (porque Werther odia a Alberto por no decir cosas que parezcan verdades absolutas, porque eso se dice es para reafirmar la estima, quizá de alguien distinto a mi en el cual busco afirmar la mía, que curioso, no me quiero acostar con un hombre pero no quiero forzarme a no hacerlo) releo y me aterra cuan disperso soy al alejarme tanto del sin embargo y casi que justificar lo que pudiese ser (pues me niego a aceptarlo cual verdad absoluta) mi afán por no ser homosexual) (aquí cierro un paréntesis que nunca abrí, vaya uno a saber si se cerró...) y sin embargo la espera mata, se fuma espesa, la espera es solitaria, dolorosa, como el amante alemán de Schiller, hoy un alemán gritó a un hombre que se droga mucho y vive en la calle (no vale la pena casi, expresar lo que se siente respecto a las elecciones que tomó y toma este ser, pues su situación actual se ve tremendamente afectada por decisiones de gente a quien poco le importa escuchar, ponerse en desequilibrio para permitirse escuchar (a mi que casi no me gusta repetir palabras) (eso fue una fuerza de mi ego, tan necesario para ser mejores, para no creerlo, eso de: a mi que casi no me gusta...) sentir lo más mínimo de las elecciones que gano, no creo que ganar resulte tan ambicioso, tal vez si ambicioso, pero no a la manera repulsiva y enfermiza de interpretar esa palabra, aunque es tan incierto el límite entre la realización propia y el fracaso ajeno:
me repugnan las comparaciones, me dan asco y por eso nunca la hago, la gente se compara por esa sed territorial, biológica, sexual, no hallan otra manera de interpretarse y comunicarse, a veces me resultan tan ingenuos, si tan solo ellos no se compararan podríamos incluso charlar, les contaría que yo nunca comparo como hace todo el mundo.
Goethe es el genio de la inversión, por ende me resulta subversivo, el tan burgués, tan abogado, dicen que era la tapa de la pedantería...
y sin embargo (alabas excepciones, son las que dan esperanza, de esa ausente como dolorosa) escribió y lo hacía al ritmo en que se lee, tengo la sensación de que no corregía, poco le importaba la mera forma estética, si podía decir algo de mejor manera se entregaba al impulso precario a lo que no atraviesa la razón, creo (pues esta palabra hecha verbo es la única que permita estructurar, sistematizar, apoyarse en otros pensamientos sin deshacerse de la humildad (tan mía, tan máscara, tan inalcanzable en cuanto placenteros los halagos, que suelen incrementar entre más la uses...) creo que no se detenía a revisar para escribir perfectamente, no era formal y quiero creer que su pedantería era una defensa contra los egos que lo alteraban como el no quería, hoy bailé con el amor de su vida, me encantó esa chica negra que bailaba y me hacía sentir que mirar a los demás era más que innecesario y desgastante sino que era compararse, no bailar, pretender ser visto... por reciprocidad ¿pero acaso quiero refugiarme en que soy distinto? eso es demasiado pretencioso, y la pretensión es muy castrante cuando se actúa, pretender es ya alejarse de hacer, de jugar.
los alemanes valientes se lo recuerdan entre ellos todos los días.
piensan que son superiores, en cuanto lo piensan... se alejan de serlo.
¿como ser superiores juntos? ¿es que ser mejor no es más reconfortante en cuanto individual?
escribir esto... ¿para escribir mejor?¿para que salga toda la basura?
para que alguien lea
y pueda al menos creer que siente que pienso en vos
y que el pensamiento... aleja
y sin embargo... aleja
necesito de todo mi ego para que los demás se comparen
se cuestionen
y se empiecen a matar uno por uno.
hasta que solo quedes vos, que te burlaste de el.
¿de mi?

3 comentarios:

David dijo...

¿tienes un cigarrillo nena?

Anónimo dijo...

En la intimidad

David dijo...

...de una ducha de cianuro