“Goethe es el último
alemán por el que yo siento respeto.”
Adolph Hitler
Marisa Siguan, catedrática de
literatura en la Universidad de Barcelona, en su artículo Fausto, o el ego monumental del
hombre moderno, nos muestra a Fausto como el eco de preguntas vigentes en
el hombre moderno, acusa su insatisfacción perpetua, su hastío insaciable que
generó las prioridades perseguidas por los alemanes durante el periodo romántico,
¿Por qué ansía de saber? ¿Ansía de saber más que alguien? ¿Qué alguna otra
nación? Resulta determinante el hecho de que se persiga siempre el afirmamiento
de una cultura que no había sido “afirmada”, el hombre romántico rehúsa de la
razón, sobre la cual se apoyaban todas las formas de conocimiento occidental,
anhela a Dios porque cree en la grandeza, la encuentra natural, pero reniega de
la iglesia, de sus doctrinas morales y su “panza insatisfecha”. El amante romántico
se expresa desde la sensación de ausencia, de muerte, de ida, de desamor, sus
muestras son escapes placenteros de resignación autodestructiva, de
aislamiento, paradójico: el lugar del individuo, de la soledad, es también el
lugar en donde se reafirma el orgullo nacional, el lugar de comunión y lucha
del pueblo por la voluntad, por la soberanía, en donde algunos “caprichos”
individuales se verán acallados por la necesidad de generar unidad, fuerza
masiva y uniforme. La autora concluye que la felicidad que desea el hombre romántico
es la armonía entre “yo” y “sociedad”, dos elementos que se nutren y se
constituyen, se recuerdan permanentemente su mutua existencia, sobre esta
relación interesada se erige el ego monumental del hombre moderno. Siguan
acierta al asociar la búsqueda eterna del romanticismo, su sed incurable, sus
rastros de violencia contra la razón, al ego, pero se queda corta en ahondar
ese ego, en preguntarse su porqué ¿Qué se esconde detrás de él? ¿Acaso un
instinto de supervivencia animal? ¿Acaso los restos biológicos de nuestra raza?
Era necesario constituir una literatura alemana, la causa del ego resulta casi
natural. ¿Resulta moralmente refutable que una nación quiera ser mejor que las
demás? ¿Un individuo? ¿Hay dominación implícita en la idea misma de nación? ¿De
individuo? Era necesario constituir una literatura alemana, pero era más
importante que la literatura alemana fuese la mejor, que abarcara todos los
saberes resultantes de la historia, que los devorara e insatisfecha recurriera al
demonio para saciar su deseo, rebasado cualquier principio moral, el sueño romántico
sin embargo, resulta optimista, por eso se funda en el pesimismo de quien ama
lo ausente para desplazarse en anhelos dichosos que recrudecen su estado hasta
la sublimación, por eso no vence el diablo, Fausto se tiene que salvar por
resultar insaciable, instintivo
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