jueves, enero 21, 2010

Aminoramiento repentino

Yo tengo el vicio de dejarme llevar y poner mi cabeza en Marte, tengo prejuicios que no puedo sacar, tengo un cuerpo que quiere…
Justo el árbol detrás de la cancha, precisa la rama del justo árbol que quedo incrustada en nuestro balón, pinchazo inmediato, pertinente búsqueda de gente jugando un Jueves a las once de la mañana en alguna otra cancha de algún otro parque, no he podido jugar futbol desde hace unos días, quiero.
Ya desayuné, con esa sensación de que todo el mundo anda almorzando, me acuerdo de Charly, ahorita mismo suena Es Parte de La Religión, esa canción me desnudo justo cuando la oí por primera vez, aun lo hace, me acuerdo de un concierto cuando presentaba el disco que canta:
El siente culpa, el vive torturado, el no es tan inteligente.
El nunca avanza camina de costado, el tiene miedo a su mente.
Ella se desnuda y se desviste tan lésbicamente, que no puedo dejar de sonreír…
La última vez que anduvo por Bogotá, Charly llego a las seis de la tarde a una rueda de prensa diciendo que sentía mucho la tardanza pero que estaba desayunando, tuve que ir a una cita donde mi odontóloga, me lleve EL LOBO ESTEPARIO para leer por el camino, justo la parte donde Harry Haller va a una visita porque tiene que ir y no quiere, termina asfixiándose en resentimientos contra si mismo y huyendo del lugar, leyendo eso mientras iba en una especie de aturdimiento rutinario de odontólogo, dando salticos en un bus. Quise bajarme y empezar a caminar sin rumbo, a algún parque, jugar futbol con alguien, logre escabullirme junto con el libro por la cita y el bus de vuelta a mi cuarto, suena Charly, he estado tocando la canción de Dylan, no me he obligado a hacerlo, a veces escucho voces extrañas, como estados de mi mente que se obligan a imponerse cosas, pero no me afectan, digo yo quiero tocar esa canción de Dylan, no quisiera ir al odontólogo, no me gusta ese estado de inercia que me sube al bus y me lleva caminando hasta la camilla, quisiera bajarme del maldito letargo, darle un beso a mi odontóloga y follar salvajemente en el consultorio, que lejos estoy de eso, pienso ¿Qué cerca? Quizá ya he venido demasiado al odontólogo, alguna crisis mental me causa tantas citas perdidas, noches de alicoramiento en las que ha llegado a mi el recuerdo de la cita en la tarde previa. Me suceden cosas, mi computador corrige la palabra “alicoramiento” no me da mas opciones que:
Aminoramiento
Alicortamente
Alucinamiento
Curioso, curioso, estoy hablando con Agualimpia de la mecha, juega de este Sábado en ocho, contra Huila en Cali. Quiero ver futbol, quiero jugar, nada como esas ganas de empezar a jugar y no poder seguir.
EL KARMA DE VIVIR SIN LUZ
Recogeré a mi tía esta noche en el aeropuerto, llega de Miami. Charly grabo el MTV en Miami, si que gusta cuando toca demoliendo hoteles, me gusta mucho la guitarra de María Gabriela.
Hacia conciencia esta mañana de mi impulsiva adicción al chocolate en todas sus formas, ese sabor que me prende la boca, pensaba en las posibles consecuencias de mi abnegado vicio, pensé en la diabetes, pensé en que no llegaría a viejo para padecerla, quiero que juegue el rojo.
Nada esta mal, llegamos a esa conclusión esta mañana en el parque, ante la imposibilidad de jugar futbol, habíamos obtenido ilegalmente trago hace unos días, Álvaro decidió robar a Arturo y a Javier, el celular y cincuenta lucas, lo cascaron y vino todo alrededor, que mejor hablarle, que no fue violento sino humillativo, que todo por las bichas, decíamos nosotros que cada cual tiene derecho a hacer lo que se le venga en gana, nosotros robamos, el man robo, lo cogieron y lo cascaron, si nos cogían no nos hubieran dejado ir alegremente, hubieran llamado a los tombos, prefiero que me encaren a que llamen a esa gente.
Me he dado cuenta que puedo argumentar mejor a favor de algo, cuando realmente no me importa la decisión final, es decir, cuando hablo desde un punto de imparcialidad sincera. Cuando realmente quiero algo, empieza el mundo a poner obstáculos para que no lo consiga, consiste tal vez en anticiparse a lo intangible de todas las cosas, a su azaroso destino.
Pienso aun en mi demasiado maldito ego, quiero deshacerme de el, quiero escribir y que nadie lo sepa, pensare formas de hacerlo…

QUiza este blog nunca fue la salida.
Lo que hago empieza a parecer sospechosamente repetitivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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Un aliado.