jueves, agosto 11, 2011

PERJUDICIAL

Excesos atentan contra mi salud, necesidades que me impongo, al tiempo soy fabricante y consumidor de mis deseos. No significa esto volver al tiempo de temer las consecuencias, de encubrir el placer autodestructivo. No se trata de sentenciarme, pero esto es un juicio atrevido y franco, exento de piedad que surge del cansancio de años enteros acercándome a los demás, pretendiendo entender su lenguaje.

Compadecer envejece.

Quiero...
Quiero algo.
Cuando quiero algo y escribo que lo quiero, dejo de quererlo un poco. Equivocar y no pasar por encima de mi error como avergonzado huyendo de alguna condena.
Quiero interpretarme.
El negocio del rompecabezas complejo.

Grita el pueblo en la tribuna, delirando al ver morir esclavos.
Estrellas escarlatas que fueron bordadas al escudo con sangre, porque no decirlo, con dinero de la coca, tampoco se trata de negar las culpas, pero el fuego es cruzado, las balas corren de lado a lado buscando pechos, cada cual decide donde esconderse o donde luchar.

El parlamento británico se compromete a indemnizar al mundo por el daño que los Rolling Stones han causado a la juventud.

Subestimar alimenta, no se juega con el hambre del pueblo.

Hoy Don José Eustacio yace muerto en una tumba, la lápida sobre la tierra no dice su nombre, ya sus huesos se han desintegrado todos menos su craneo, hace cuarenta años murio baleado por el General Naranjo en la selva del Cauca, ese día recogió el cultivo de tres meses, las plantas de amapola conocieron el secreto, su cuerpo fue metido en una bolsa negra y llevado al laboratorio que antes había sido desmantelado, fueron robados casi cien kilos de heroína pura, proecsada y lista para ser enviada ilegalmente vía marítima, oculta en un barco oficial de la armada nacional que atracó en un puerto inglés de la ciudad de Liverpool, donde un desconocido recibió la mercancia, despues de probarla decidió bautizarla Brown Sugar, afirmó que era el diablo a caballo mas puro que jamas había probado, luego la distribuyó a los expendedores, uno de ellos fue contactado por Keith Richards, en una tarde luego de tocar ocho horas seguidas, Keith Richards chuzó su antebrazo izquierdo, empujó con sus dedos suavemente la jeringa, hoy, en esos mismos dedos que han cambiado ya de sangre muchas veces, hay un anillo de plata con una calavera, el unico hueso que queda despues del desmadre, dicen que se lo regaló el diablo.

Cumpleaños Gustavo Ceratti.
Gracias a la droga, el fútbol del diablo.

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