jueves, junio 05, 2008

La lluvia que llovia con los ojos cerrados.
o
Historia de la niña que dormia con los ojos abiertos.
Me visto para matar,
pero con buen gusto.
Con los ojos cerrados, con los ojos cerrados, no los abrire. Se repetia para ella misma, siempre que llovia. Comenzo a tenerle miedo a la lluvia desde los trece, antes de ese dia, era una muchachita muy normal, discreta, medio timida. Nunca muy sonriente pero nunca muy seria. Una vez fue que la cogio un mediodia sentada y descalza, mientras dibujaba en un pradito verde.
Se quedo dormida. Ella siempre dormia con los ojos abiertos, y se levantaba bostezaba y decia: Es que yo nunca puedo soñar, porque me quedo viendo las cosas de enfrente, y como voy a cerrar los ojos, si es que estoy dormida!.
Pero esa tarde que la cogio el medio dia sentada y descalza en el pradito verde, empezo a llover, a ella le parecio muy normal todo ese asunto de que cayera lluvia, ya se habia acostumbrado, desde chiquita a que en todas partes de vez en cuando tiene que llover. Lo que paso fue que esa vez, en plena pradera empezaron a llover poetas.
Y claro, la niña se asusto, y es que los poetas caian durisimo, y cuando chocaban contra el piso pegaban alaridos de dolor, y ella tan miedosa que es, pues corrio y se escondio debajo de un arbol, pero cada vez llovian mas poetas, y ya comenzaban a caerle cerca. La pradera estaba llena de poetas que habian llovido, y cuando la taparon toda, comenzaron a caer unos encima de otros, y seguian gritando, y los que se calmaban comenzaban a recitar, otros mas equilibrados aun, se limitaban a escribir, asi como iban quedando despues de llover, asi estuvieran incomodos, escribian, recitaban y pegaban alaridos. Los poetas que caian en la pradera verde. El ambiente se llenaba de frases, y de tonos con sonsonetes. De lapices, de manuscritos, llovian poetas de todo tipo, puristas, enfadados, constructivos, progresistas, profundos, romanticos, intensivos, dementes. Se oian infinidad de palabras, adjetivos, susurros, verbos, gritos, groserias. La niña escampaba debajo del arbol, pero los poetas no paraban de llover y ya le daban a los tobillos, vio caer a Goethe a unos diez metros, ahi mismito se dijo: Van a llover durante dias, y van a llover todos.
Entonces empezo a correr, encima de los poetas de la pradera, pisandolos afanadamente, esquivando a los que caian, alcanzo a reconocer a algunos, pero no a todos, por supuesto, ella no habia conocido a todos los poetas, y habia muchos que llovian y ni se les veia la cara, pero de otros si se acordaba, en su larga carrera sin darse cuenta piso a Dante, siguio corriendo, recuerda que oyo algo sobre un cancervero, un perro de yo no se que diablos que cuida el infierno. En fin.
Piso a Neruda, y no fue sin culpa. Se devolvio y lo volvio a pisar.
Garcia Lorca casi le cae encima, tuvo que lanzarse a un lado para esquivarlo, resbalo sobre Machado.
Jose Marti le robo un beso en el aire, mientras caia, cubano descarado, ella le mando la cachetada pero en esas vio a lo lejos llover a Baudelaire y fallo.
Llovia sin parar, llovian todos, llovio Poe, llovio Samuel Beckett el irlandes, llovian de todo lado, desconocidos, famosos, negros, blancos, rojos, comunistas, dadaistas, lo que fuera, la lluvia de poetas no discriminaba, llovian poetas buenos, poetas malos, poetas ricos, poetas pobres, poetas mentirosos, honestos no, no hay poetas asi. Cayeron hasta trovadores, cayo Silvio, San Lucas y al ratico Pablo Milanes. Estaba cantando Yolanda con el arpa de David.
Cuando parecia que paraba la torrencial lluvia, llovio el mismisimo Cervantes y ahi si que empezo a llover con toda. Llovio Octavio Paz y ese si que grito cuando cayo. En cambio Wordsworth ni se quejo, parecia comodo cayendo, como si le gustara.
Camilo Jose Cela y Ruben Dario llovieron al tiempo, cuando llovio Homero ella supo que faltaba poco. Despues llovieron unos poetas chinos, luego llovio Nietzsche y ella no supo porque, escribiria poesia el filosofo ese? pero cuando llovio Borges, no le cupo la menor duda: Habia parado de llover. Le costo trabajo caminar hasta la carretera por entre tantos poetas. Se abrio espacio y poco a poco fue avanzando, la pradera habia quedado inundada, habian llovido todos los poetas. Ella con trece añitos, y ya habia visto llover a Benedetti.
Pues no tuvo otra opcion, tiro a la caneca todos sus libros de poesia que tenia en la biblioteca y cuando volvia a llover se tapaba los ojos, con los ojos cerrados, se repetia para no ir a abrirlos por nada del mundo cuando llovia, lloviera lo que lloviera. claro, ella tenia miedo que un dia fueran a volver a llover poetas.
Crecio con ese miedo, por eso una noche desesperada saco pintura del viejo armario y con color rojo vivo le pinto a su sombrilla en la parte de arriba con letra clara y gruesa: Innecesarios.
Por si alguna vez volvian a llover poetas en la pradera verde que quedo inundada. Nunca mas volvio a dormir con los ojos abiertos. Pero eso no significo que pudiera comenzar a soñar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Existe una niña ke no ha visto llover poetas, pero ke en cierta ocasion, sentada en un teatro, viendo una escenificación, vio (valga la redundancia) a cierto personaje, al cual no era capaz de quitarle la mirada de encima.
Cuando lo miraba sentia algo que le bajaba por todo el pecho hasta la boca del estomago y no lograba entender que era esa sensación tan extraña. Después, en una tienda, la misma noche de la escenificación, entro con él a una tienda y volvio a sentir aquello que sentia (valga la redundandcia) sentada en el teatro. De todas maneras, esa noche no fue capaz de dirigirle la palabra, aunque sabia que debía hacerlo, pero no podia, algo se lo impedia.
Dias despues, quizo volver a verlo, pero sin exito callo, no se podia sostener en pie. Y desde esa vez no lo volvio a ver.