martes, julio 29, 2008

De lucha politica ideologica! o de simple adrenalina juvenil...

"Por eso entonces ahora, cantaré, cantaré, quiero una fiesta en mi alma.

Cantaré, cantaré, hasta que no quede nada, cantaré, cantaré, entre muñecas y latas

Cantaré, cantaré, perro que canta no ladra

Ladraré, ladraré, hasta que se agota la rabia

Cantaré, cantaré, esa es mi única arma."

UN ROSARINO EN BUDAPEST, DEL 63

CAPITULO I

Nunca me desamarro los zapatos, ni para ponermelos, ni para quitarmelos. Me quita tiempo, y el tiempo es oro, vale demasiado, yo me di cuenta de eso cuando se fue Pablito, nos hablo la noche anterior de una revolucion, de unos rusos, nadie le puso mucho cuidado, mas bien como que lo ignoramos, mi papa era el que se ponia a discutir con el, todo un abogado de universidad con nombre y todo, los desayunos eran la guerra fria decia "el flaco", "el flaco" era mi hermano, yo tenia dos hermanos mayores, el mayor era Pablito, el del medio era "el flaco", yo era el menor.

Mi papa era un tipo sobrio, de corbata, olia a algo a lo que solo olia el, el papa de uno siempre tiene un olor determinado, que se va impregnando en todo lo que toca, cuando yo era chico y jugaba con los carros de juguete, mi papa llegaba y ahi mismo yo lo olia por la ventana de mi cuarto, es un olor extraño, como a madera, es olor a papa.

La mañana en que se fue Pablito era de Martes, apenas salia el sol, mi mama entro al cuarto y pego al grito, habia dejado una nota, a mi nunca me la dejaron leer, mi papa se ponia furioso cuando yo le preguntaba por la nota o cuando me veia forzejeando con los zapatos para no desamarrarmelos.

Pablito siempre hablaba duro por las noches de los viernes, cuando venian sus amigos a la casa, y al dia siguiente amanecian tres tipos en la sala dormidos entre cerveza, yo me levantaba y los veia, al principio me daban miedo, despues me fui acostumbrando, mi hermano no me hablaba mucho, era mas bien lejano, yo me hablaba era con "el flaco", el me llevaba a partidos de futbol, a mi me gustaba, el estadio era grande al principio, se fue haciendo mas pequeño con el tiempo, mientras yo crecia las cosas se iban haciendo pequeñas, no era que yo estuviera mas grande, es decir, por supuesto que lo estaba, en eso consiste el paso de los años (hasta que se es viejo, y en vez de agrandarte te empequeñeces de nuevo), pero las cosas tambien se hacian pequeñas, mis carros de juguete antes no cabian por debajo de mi puerta, siempre de chocaban y yo imaginaba a los que iban dentro del carro, viendo como se acercaba la puerta y rezando para que fuera lo suficientemente alta para que el carrito pasara, porque ya sabian que el carro no se detendria, el carro lo manejaba un niño y los niños no se detienen, no ven que hay de malo en matar a cinco personas miniatura que no existen, entonces el carrito aceleraba y se chocaba contra el vertice de abajo de la puerta, y las personitas que iban adentro del carro todas morian, menos uno, que siempre salia disparado por el panoramico del carro y pasaba volando por debajo de la puerta y caia en el pasillo, se recomponia y corria, yo siempre abria la puerta para alcanzarlo, pero el corria muy rapido y se me metia quien sabe donde diablos, cuando yo abria la puerta ya no habia nadie, sospecho que corria y se metia en el cuarto de Pablito, por que el siempre estaba ocupado y no tenia tiempo para terminar de aniquilar a un hombrecito que salio disparado por el vidrio de un carro de juguete, el se encargaba de problemas importantes, nuncalo entendi muy bien, a decir verdad, no lo extrañe mucho cuando se marcho, me hizo falta levantar los sabados y ver a tres tipos dormidos en la sala, por que siempre que se levantaban mi hermano me llevaba al parque mientras ellos se despedian, yo en el parque siempre me divertia, asi estuviera solo, cosa que ahora me cuesta un poco entender, jugaba futbol contra las paredes, yo era delantero pero tambien me tapaba los goles, tiraba el balon fuerte contra la pared y lo detenia cuando rebotaba, yo amaba ir a los parques con mi hermano, eso fue lo unico que extrañe de el.

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