domingo, noviembre 23, 2008

60 Sec.

"Mis besos no garantizan larga vida,

pero si una mas corta, mejor y divertida..."


Este es mi ultimo escrito en vida, mi ultima puñalada a la literatura, mi ultima mancha negra en un blanco expectante de papel, mi ultimo suspiro de desaliento, mi apocalipsis, mi caballo de Troya, mi fin y mi ruptura, mi sobredosis. Medida calculada, estudiada y exacta. Antecedentes positivos de la droga y la cantidad. 60 pastillas de Secobarbital, muerte tranquila, posible sangrado, tres o cuatro horas para el inicio de la inconsciencia. Venida segura de la pálida dama.
Es seguro y eficaz, suficiente para aniquilar un elefante. Lo se. No pregunten como, solo lo se, digamos... por experiencia impropia.
Conozco el procedimiento, una vez de el punto final a este relato de mi penumbra desfalleciente mi corazón conservara intacto su movimiento cíclico de diástole y sístole, hasta que su regular constancia se vea interferida por una aceleración imprevista de mi pulso vital y una posterior relajación, acompañada por la detención infinita y total de las palpitaciones de mi sangrante órgano. Esto se dará aproximadamente en dos horas y media, cuando pasada la media noche me halle solitario en habitación sonámbula en la que mi insomnio suicida camina y respira con sutileza para no despertar a mi madre o hermana cuyas intenciones al quererme tanto podrian resultar en la prolongada e innecesaria continuidad de mi vivamiento e igualmente podrian dificultar mi voluntario fallecer.
En cierto modo, se, que una vez finalizada la lectura de este texto por parte del asombrado lector, en caso de que este sea amigo y contemporaneo: se darán una serie de llamadas incontestables a mi teléfono, y después unos cuantos buenos am-ig-os rescataran algo de esto o aquello que "valga la pena para la posteridad". Quizá usted llame, y podría estar seguro que cuando llame, mi cuerpo confundido e impensante le contestara apagado, ausente de esencia y repetidor, pero usted, del mismo modo, podrá estar seguro de que yo, en pleno uso de mis facultades mentales como difunto: Estaré levitando satisfecho, en los lechos oscuros de una muerte incierta y desconocida, que en estos momentos ya no me resultara tan incierta y desconocida.



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