lunes, noviembre 10, 2008

De la conciencia a la desmesura,
de la lucidez a los excesos,
del norte al sur,
de la marihuana a las pepas,
del rock a la salsa,
de hoy a mañana.

Para que ponerme a decir mentiras, si lo que yo quiero de verdad es hablarle a usted, y decirle un montón de cosas que no soy capaz de decirle, decirle que su sonrisa me encanta, que cuando usted sonríe es porque el mundo se puso feliz y comienza a revolotear todo contento y el viento le pega en esa sonrisa y yo me quedo embobado mirándola y que esos besos que me da en las mejillas se me quedan pegados todo el día, y yo no puedo pensar en las cosas que tengo que pensar, sino que ando es pensando en los besos que tengo colgados en las mejillas.
Decirle que usted me gusta, y que a mi me gusta que usted me guste.
Lo que pasa es que la lluvia esta celosa de usted, y por eso siempre que caminamos llueve, porque la lluvia no nos quiere dejar caminar, y me acuerdo el día en que comenzó a llover y yo le dije que si nos refugiábamos de la lluvia allá, debajo de ese techito, pero usted dijo que no, que se quería mojar, y yo le dije que bueno, y la lluvia se quedo como frenada porque ella quería sacarnos de allí, pero como usted dijo que no se iba a mover pues la lluvia quedo extrañada, y le toco irse, a sacar gente a otro lado, porque a usted ni la lluvia la sacaba de su sonrisa.
Yo quería decirle que sus cachetes son bonitos cuando se le ponen rojos porque se le ve la penita en los ojos, y cuando usted tiene poema comienza a reírse y a hablar rápido, como sin nada pasara, pero yo siempre me doy cuenta porque a usted esos cachetes se le ponen rojos, rojos, como el color de la sangre, usted me dijo que a usted le gustaba la sangre, a mi también me gusta, lo que no me gustaba eran los mordiscos, pero a mi me gusta cuando usted me muerde, y también me gusta morderla, porque usted me dice que le gusta que yo la muerda y a mi me gusta que a usted le gusten mis mordiscos.
A mi me alegra cuando usted se alegra, lo que pasa es que a veces no se cuando usted se alegra y entonces me pongo a pensar si esta alegre y no pienso en lo que tengo que pensar, a mi me gusta cuando usted me mira, a mi me gusta cuando usted me llama, y me dice que no se aguanto, que usted sabe que me había dicho que nunca me iba a llamar, pero que no se aguanto las ganas y me llamo y que quería escucharme y yo le oigo esa voz y me da de todo, a mi me gusta que usted me llame, y a mi me gusta que usted no se aguante las ganas.
A mi me gusta que usted me hable y me cuente las cosas que le pasen, y me gusta que me cuente que a usted le gusta cuando yo le pregunto si le gustan las cosas, a usted le gusta que a mi me guste que a usted le gusten las cosas, y a mi me gusta que usted me guste y me gusta no poderle decir lo que le quiero decir, porque eso quiere decir que me da pena, y como me da pena eso quiere decir que entre mas pena me de es que usted me gusta mas.
Espero verla pronto y darle un abrazo grandisimo, y que usted ni se entere que yo escribi esto, que usted se entere luego, lejos, cuando yo ya no tenga porque dar explicaciones ni ponerme rojo ni nada de eso, a mi me gusta dormir con usted, y sentirla sudada y con calor, o sentirla tiritando del frío, con el tiempo me he dado cuenta de que a mi me gusta sentir que usted sienta las cosas.
Como robarme sus sensaciones y cogerlas para mi, a mi me gusta saber que no tengo que robármelas porque usted me las regala y me gusta no tener que pedírselas sino cogerlas cuando yo quiera. Usted dice que es adicta a las sensaciones, yo creo que lo que me pasa es que yo me he vuelto adicto a sus sensaciones.
Yo no se que es lo que me pasa, a la larga eso es lo que me gusta de estar con usted.
Entiendo y no entiendo las cosas, las entiendo cuando me desentiendo de ellas, a veces me gusta estar sin estar con usted.
Por eso es que no me puse a decirle mentiras sino que le dije todo así como me salio, pero no de verdad porque yo no voy a dejar que usted lea esto tan fácil, porque o si no cuando lo lea y sonría usted va a estar lejos de mi y yo me voy a perder de su sonrisa, y usted sabe cuanto a mi me gusta su sonrisa.
A mi me gusta su sonrisa, yo me he dado cuenta porque, no se porque, pero cuando sonríe, yo siempre me quedo embobado mirándola y no puedo pensar en las cosas que me toca pensar, por andar pensando en usted y en su sonrisa.

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